El Plan de austeridad y reducción de gastos.-
Cosas mucho más graves se han visto, por ejemplo en el borrador del Convenio-III que se atrevió a presentar la Dirección y no por ello se prendió fuego a ningún despacho en Vía Dublín-7.
Para quien ostenta un cargo político era obligado responder con sensibilidad a los que mandan y decir que se va a secundar la iniciativa de recortar gastos corrientes. Las inversiones no se tocan, y con ello el futuro de la empresa. Al final se cumplirán “parcialmente” los objetivos -hasta donde se pueda llegar- y aquí todos felices.
Esta vez no se trata de mutilar a nuestras retribuciones; en el capítulo de gastos corrientes se diferencia entre gastos en bienes y servicios y gastos de personal; a estos últimos no se les ha mencionado, es como si en este apartado se conformasen con el recorte de pluses al personal directivo que se viene llevando a cabo desde primeros de año y que ha puesto a nuestros jefes al borde de un ataque de nervios, que diría Almodóvar.
Puestos a ahorrar, en este blog ya se ha sugerido una buena medida en un artículo anterior: Cumplan Vds. escrupulosamente la ley en lugar de vivir bordeándola peligrosamente y Correos se ahorrará una buena parte de los casi treinta millones de Euros que se vio forzado a provisionar en 2008 por procesos judiciales entablados contra su propio personal y seguramente rebajarían también el coste de los profesionales ocupados en la defensa jurídica.
Sea por ayudar a que la empresa de mi jefe y sus jefes salga a flote y, siendo el día que es, se me ocurre otra buena iniciativa, creo yo que bastante interesante: Podría cobrarse, en concepto de gastos de formación, derechos de imagen y amortización precipitada del fondo de comercio, un porcentaje de su salario bruto a los funcionarios de Correos que se van a ir en 2010 o que ya se han ido a otros ministerios llevándose consigo un capital humano que ha pagado Correos religiosamente. Es muy justo y es de lo más razonable.
Podría materializarse la exacción poniéndose de acuerdo con los departamentos de Habilitación de los organismos de acogida y detrayéndoles en origen un porcentaje sobre su salario bruto mensual; por ejemplo, un 20% en épocas de crisis y un modesto 5% durante la próxima burbuja inmobiliaria.
lunes, 28 de diciembre de 2009
El P A R G y la M Q L P
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Napoleón Boina Aparte
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viernes, 25 de diciembre de 2009
La Poste será sociedad anónima
La crisis primero financiera y económica después, en la que todavía está inmerso el capitalismo occidental, pilló a las principales empresas del sector postal en plena carrera para posicionarse lo mejor posible ante la liberalización total del mercado europeo, prevista para 2011 en lo referente a la normativa.
Aquella exuberancia, que diría Greenspan, de movimientos corporativos en los años 2006 y 2007 se frenó ante las incertidumbres planteadas en un panorama que cambió radicalmente desde el optimismo al pesimismo, trastocando valoraciones, objetivos y estrategias empresariales en todos los sitios.
Una duda se planteó inicialmente a los analistas con respecto a los operadores dominantes en sus respectivos países, buena parte de ellos ex monopolios estatales que ya habían recorrido parcialmente el camino hacia la privatización (lo admitiesen o no los gobernantes de turno):
¿Iba la crisis a estimular o a ralentizar los procesos de venta de aquellas empresas públicas o semipúblicas?
Los hechos posteriores nos dicen que no se ha avanzado mucho por aquella senda, si acaso lo contrario, y en tal contexto se aprobó el pasado martes la conversión de La Poste en sociedad anónima por el parlamento francés, suceso éste que seguramente va a marcar un antes y un después en el mundillo postal, entre otras cosas porque obligará a mover ficha a los otros candidatos a copar el mercado europeo liberalizado, dando por finalizada la tregua de estos dos últimos años. Tal vez.
Dice la oposición a Sarkozy que se deje de medias verdades y admita sin rodeos que allí se ha optado por privatizar La Poste más pronto que tarde. ¿Para qué el movimiento, si no?
Una primera impresión que podría desprenderse de todo esto es que nuestros vecinos parece que ya ven la luz al final del túnel, los brotes verdes que decía nuestra Ministra, se cree que una de las firmes candidatas a dejar el Gobierno en la próxima remodelación que haga el Sr. Zapatero.
Ellos habían perdido mucho terreno frente a holandeses y alemanes en la carrera por ganar tamaño en el exterior y parece que han decidido recuperarlo quitándose la etiqueta de “Empresa pública francesa que pretende tomar el control en un sector más o menos delicado en países ajenos”, cabe suponer que en la creencia de que se cumpla el calendario diseñado en la Tercera Directiva.
Hasta ahora, lo que se ha podido observar es que los Gobiernos que habían ido haciendo los deberes con su operador doméstico no eran partidarios de aplazar mucho la fecha de la liberalización, al contrario de los más rezagados. El francés era uno de los menos "aplicados", pero eso está cambiando ahora, cosa que podría restarle bastantes probabilidades a un nuevo retraso en 2011.
No deja de ser un aviso para los buenos navegantes españoles, como Churruca y Gravina.
Aquella exuberancia, que diría Greenspan, de movimientos corporativos en los años 2006 y 2007 se frenó ante las incertidumbres planteadas en un panorama que cambió radicalmente desde el optimismo al pesimismo, trastocando valoraciones, objetivos y estrategias empresariales en todos los sitios.
Una duda se planteó inicialmente a los analistas con respecto a los operadores dominantes en sus respectivos países, buena parte de ellos ex monopolios estatales que ya habían recorrido parcialmente el camino hacia la privatización (lo admitiesen o no los gobernantes de turno):
¿Iba la crisis a estimular o a ralentizar los procesos de venta de aquellas empresas públicas o semipúblicas?
Los hechos posteriores nos dicen que no se ha avanzado mucho por aquella senda, si acaso lo contrario, y en tal contexto se aprobó el pasado martes la conversión de La Poste en sociedad anónima por el parlamento francés, suceso éste que seguramente va a marcar un antes y un después en el mundillo postal, entre otras cosas porque obligará a mover ficha a los otros candidatos a copar el mercado europeo liberalizado, dando por finalizada la tregua de estos dos últimos años. Tal vez.
Dice la oposición a Sarkozy que se deje de medias verdades y admita sin rodeos que allí se ha optado por privatizar La Poste más pronto que tarde. ¿Para qué el movimiento, si no?
Una primera impresión que podría desprenderse de todo esto es que nuestros vecinos parece que ya ven la luz al final del túnel, los brotes verdes que decía nuestra Ministra, se cree que una de las firmes candidatas a dejar el Gobierno en la próxima remodelación que haga el Sr. Zapatero.
Ellos habían perdido mucho terreno frente a holandeses y alemanes en la carrera por ganar tamaño en el exterior y parece que han decidido recuperarlo quitándose la etiqueta de “Empresa pública francesa que pretende tomar el control en un sector más o menos delicado en países ajenos”, cabe suponer que en la creencia de que se cumpla el calendario diseñado en la Tercera Directiva.
Hasta ahora, lo que se ha podido observar es que los Gobiernos que habían ido haciendo los deberes con su operador doméstico no eran partidarios de aplazar mucho la fecha de la liberalización, al contrario de los más rezagados. El francés era uno de los menos "aplicados", pero eso está cambiando ahora, cosa que podría restarle bastantes probabilidades a un nuevo retraso en 2011.
No deja de ser un aviso para los buenos navegantes españoles, como Churruca y Gravina.
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Napoleón Boina Aparte
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viernes, 16 de octubre de 2009
Una larga marcha hacia ninguna parte-II
Y al Estatuto le creció mucho la nariz.-
El subtítulo se refiere al Estatuto del personal de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S A, aprobado mediante el Real Decreto 370/2004 de cinco de marzo.
Este RD viene a cumplir con el mandato de desarrollar la ley 14/2000 que ella misma contenía y a diferencia de aquella, en cuya elaboración no intervinieron los afectados directamente, el RD 370/2004 aprueba un Estatuto previamente pactado entre la Dirección de la empresa y los sindicatos que lo firman.
La hipótesis de trabajo es que los funcionarios de Correos hemos sido expoliados de una parte de nuestros derechos. Con más de cinco años de vigencia de la norma, ya se pueden contrastar con la realidad aquellas declaraciones de buenas intenciones que entonces sonaban a falso y hoy se comprueba que lo eran.
De principio a fin del RD se insiste machaconamente en la idea del respeto a nuestra condición de funcionario y a cualquier derecho que venga a cuento en el momento.
Se hace muy difícil creer en la posibilidad de que en marzo de 2004 los inspiradores de esta norma estuvieran siendo leales con los funcionarios de Correos.
Quien escribe:
“… diseñándose [en el cap. II del Estatuto] un nuevo modelo de ordenación de los puestos de trabajo, adaptado al funcionamiento de la sociedad estatal y a las necesidades del tráfico mercantil en un marco competencial.”,
es muy probable que intuya claramente que no quedará títere con cabeza de las antiguas condiciones de trabajo de los afectados porque muy poco tienen que ver las necesidades y el funcionamiento de un organismo de la Administración, orientado a dar a la ciudadanía un servicio público de calidad a un coste razonable, con los equiparables de una sociedad anónima, cuyo objetivo es generar beneficios para sus accionistas.
El artículo 4 trata de dar una cierta cobertura legal a la delicada cuestión de que terminen recayendo potestades administrativas en individuos ajenos a la Administración, y eso por razón del cargo que ocupan en una S A que perfectamente podría llegar a ser privada en un futuro no muy lejano.
“ 4. Con carácter específico, corresponderá a los órganos [de la S A] competentes en materia de personal desempeñar el ejercicio de las funciones relativas a organización, sistema de puestos, condiciones de trabajo y las previstas en la normativa reguladora de régimen disciplinario… “
Aquí el perjuicio se deriva de habernos colocado a merced de los actos emanados de este personal que no tiene por qué estar al corriente de sus obligaciones frente a nuestros derechos ni de lo establecido en normativa ninguna; ellos no han necesitado superar un proceso selectivo, les ha bastado algo tan inconsistente como el ser considerados idóneos por otra persona, que a su vez fue considerada arbitrariamente la más adecuada en su momento, etc.
Si a nivel teórico este imperio de los idóneos en que nos han situado no tiene muy buena pinta, en la práctica puede comprobarse día a día que la teoría era correcta. Las arbitrariedades y las relaciones de vasallaje que propicia esta situación no tardan mucho en aparecer por todos lados degradando la convivencia y empeorando nuestras condiciones laborales. Los tiempos pasados, sin duda, fueron mejores.
El art. 7 es de una gran trascendencia porque le da el descabello a la RPT .
“ …Dicha ordenación [de los puestos de trabajo] se efectuará a través del plan de evaluación y fijación de las necesidades de Correos y Telégrafos y de la relación general de empleos de la Sociedad Estatal”
La propaganda oficial nos ha bombardeado con la idea de que los funcionarios podremos seguir en nuestros puestos mientras no aceptemos voluntariamente salir de ellos porque así se establecía, decían, en la ley 14/2000.
Poco tiene aquello de verdadero; nuestros puestos de trabajo estaban definidos en la vieja RPT que los contenía. Si se la sustituye por otros instrumentos de ordenación nuevos, diferentes y desaparece, su contenido se va al limbo con ella.
En los artículos ocho y nueve se traza un perfil de los nuevos puestos, pero eso no equivale a determinar legalmente cómo habría que redefinir nuestros antiguos puestos en el nuevo instrumento de ordenación.
Cabría esperar que hubieran sido trasladados a la nueva relación general de empleos tal cual estaban, pero sólo es así aparentemente. Hay que ir hasta la Disposición transitoria primera para leer:
“Los puestos de trabajo cuyos titulares sean funcionarios adscritos a la Sociedad Estatal en el momento de la entrada en vigor de este estatuto se incluirán en la relación general de empleos, conservando su denominación y características esenciales.”
Hasta ahí podría ser aceptable, salvo que no se define lo que es esencial y eso nos deja en la ambigüedad; pero lo peor viene después:
“Ello sin perjuicio de la potestad de la Sociedad Estatal para la reestructuración de la relación general de empleos…”
En la práctica no han querido forzar las cosas durante este tiempo y han preferido dejarnos creer que seguíamos igual, probablemente porque aún no ha llegado la hora y por una cierta prudencia, pero están habilitados legalmente casi para lo que quieran hacer.
El artículo 20 nos deja en funcionarios de tercera o cuarta categoría: Pasar del derecho a treinta días por cambio de residencia a dos, seis o diez días es una pérdida de derechos incontestable y muy fácil de comunicar, por eso ha venido siendo el arma arrojadiza predilecta de los detractores del Estatuto.
El artículo 36.3 es un claro ejemplo de buenas intenciones que se han quedado por el camino:
“La consolidación del grado se llevará a efecto conforme a lo establecido en la ley 30/84…”
Aparentemente estaríamos como los demás funcionarios, en la práctica NO. La asignación al puesto de nivel se hace en comisión de servicio y ese hecho determina que la gente no consolide nada, aunque desempeñe su trabajo correctamente durante un montón de años. Es uno más de los agravios al sufrido colectivo de los mandos intermedios.
Otro derecho que se queda en menos tiene que ver con la promoción interna. Se regula por extenso y aparentemente se nos trata como a los demás… sólo que como no se establece la periodicidad de las convocatorias ni el número de plazas, puede ocurrir y ha ocurrido que se pasen unos diez años entre una convocatoria y otra o que, después de cuatro años, se descuelguen con 250 plazas para un colectivo de 20.000 funcionarios del grupo D.
A la vista de los hechos reales puede decirse que legalmente existe la promoción interna, pero las posibilidades de promocionar que tienen las personas son casi nulas
En el nuevo sistema retributivo parece que se estableciesen dos clases diferentes de funcionarios.
Se determinan en el ámbito del Parlamento las retribuciones básicas de todos, dentro de la ley de presupuestos de cada año, pero no así las complementarias de los que hayan pasado a puesto tipo; según el artículo 44.2
“La cuantía de las retribuciones complementarias se determinará por la Sociedad Estatal, previa negociación con la representación de los funcionarios en los términos previstos en la legislación vigente y en especial las normas sobre incremento de retribuciones que se establezcan en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado”
La seguridad y la confianza que merece la Sociedad Estatal, previa negociación con los sindicatos, no es la misma que la que nos inspira el Parlamento de la Nación.
Si alguien piensa que la última parte del párrafo nos protege de alguna merma retributiva se equivoca: los límites que se ponen a las subidas en las leyes de presupuestos son por arriba, son topes que no se deben sobrepasar, pero no hay ningún impedimento a que Correos subiese a sus funcionarios menos que la Administración a los demás
Las retribuciones de los funcionarios que no hayan pasado a puesto tipo se regirán por lo que se determina en la Disposición transitoria segunda, que difiere en parte de lo establecido en el artículo 44.
Después de todo lo expuesto, pienso que se puede terminar diciendo que la hipótesis inicial era correcta, que los funcionarios de Correos hemos sido expoliados de una parte importante de nuestros derechos.
El subtítulo se refiere al Estatuto del personal de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S A, aprobado mediante el Real Decreto 370/2004 de cinco de marzo.
Este RD viene a cumplir con el mandato de desarrollar la ley 14/2000 que ella misma contenía y a diferencia de aquella, en cuya elaboración no intervinieron los afectados directamente, el RD 370/2004 aprueba un Estatuto previamente pactado entre la Dirección de la empresa y los sindicatos que lo firman.
La hipótesis de trabajo es que los funcionarios de Correos hemos sido expoliados de una parte de nuestros derechos. Con más de cinco años de vigencia de la norma, ya se pueden contrastar con la realidad aquellas declaraciones de buenas intenciones que entonces sonaban a falso y hoy se comprueba que lo eran.
De principio a fin del RD se insiste machaconamente en la idea del respeto a nuestra condición de funcionario y a cualquier derecho que venga a cuento en el momento.
Se hace muy difícil creer en la posibilidad de que en marzo de 2004 los inspiradores de esta norma estuvieran siendo leales con los funcionarios de Correos.
Quien escribe:
“… diseñándose [en el cap. II del Estatuto] un nuevo modelo de ordenación de los puestos de trabajo, adaptado al funcionamiento de la sociedad estatal y a las necesidades del tráfico mercantil en un marco competencial.”,
es muy probable que intuya claramente que no quedará títere con cabeza de las antiguas condiciones de trabajo de los afectados porque muy poco tienen que ver las necesidades y el funcionamiento de un organismo de la Administración, orientado a dar a la ciudadanía un servicio público de calidad a un coste razonable, con los equiparables de una sociedad anónima, cuyo objetivo es generar beneficios para sus accionistas.
El artículo 4 trata de dar una cierta cobertura legal a la delicada cuestión de que terminen recayendo potestades administrativas en individuos ajenos a la Administración, y eso por razón del cargo que ocupan en una S A que perfectamente podría llegar a ser privada en un futuro no muy lejano.
“ 4. Con carácter específico, corresponderá a los órganos [de la S A] competentes en materia de personal desempeñar el ejercicio de las funciones relativas a organización, sistema de puestos, condiciones de trabajo y las previstas en la normativa reguladora de régimen disciplinario… “
Aquí el perjuicio se deriva de habernos colocado a merced de los actos emanados de este personal que no tiene por qué estar al corriente de sus obligaciones frente a nuestros derechos ni de lo establecido en normativa ninguna; ellos no han necesitado superar un proceso selectivo, les ha bastado algo tan inconsistente como el ser considerados idóneos por otra persona, que a su vez fue considerada arbitrariamente la más adecuada en su momento, etc.
Si a nivel teórico este imperio de los idóneos en que nos han situado no tiene muy buena pinta, en la práctica puede comprobarse día a día que la teoría era correcta. Las arbitrariedades y las relaciones de vasallaje que propicia esta situación no tardan mucho en aparecer por todos lados degradando la convivencia y empeorando nuestras condiciones laborales. Los tiempos pasados, sin duda, fueron mejores.
El art. 7 es de una gran trascendencia porque le da el descabello a la RPT .
“ …Dicha ordenación [de los puestos de trabajo] se efectuará a través del plan de evaluación y fijación de las necesidades de Correos y Telégrafos y de la relación general de empleos de la Sociedad Estatal”
La propaganda oficial nos ha bombardeado con la idea de que los funcionarios podremos seguir en nuestros puestos mientras no aceptemos voluntariamente salir de ellos porque así se establecía, decían, en la ley 14/2000.
Poco tiene aquello de verdadero; nuestros puestos de trabajo estaban definidos en la vieja RPT que los contenía. Si se la sustituye por otros instrumentos de ordenación nuevos, diferentes y desaparece, su contenido se va al limbo con ella.
En los artículos ocho y nueve se traza un perfil de los nuevos puestos, pero eso no equivale a determinar legalmente cómo habría que redefinir nuestros antiguos puestos en el nuevo instrumento de ordenación.
Cabría esperar que hubieran sido trasladados a la nueva relación general de empleos tal cual estaban, pero sólo es así aparentemente. Hay que ir hasta la Disposición transitoria primera para leer:
“Los puestos de trabajo cuyos titulares sean funcionarios adscritos a la Sociedad Estatal en el momento de la entrada en vigor de este estatuto se incluirán en la relación general de empleos, conservando su denominación y características esenciales.”
Hasta ahí podría ser aceptable, salvo que no se define lo que es esencial y eso nos deja en la ambigüedad; pero lo peor viene después:
“Ello sin perjuicio de la potestad de la Sociedad Estatal para la reestructuración de la relación general de empleos…”
En la práctica no han querido forzar las cosas durante este tiempo y han preferido dejarnos creer que seguíamos igual, probablemente porque aún no ha llegado la hora y por una cierta prudencia, pero están habilitados legalmente casi para lo que quieran hacer.
El artículo 20 nos deja en funcionarios de tercera o cuarta categoría: Pasar del derecho a treinta días por cambio de residencia a dos, seis o diez días es una pérdida de derechos incontestable y muy fácil de comunicar, por eso ha venido siendo el arma arrojadiza predilecta de los detractores del Estatuto.
El artículo 36.3 es un claro ejemplo de buenas intenciones que se han quedado por el camino:
“La consolidación del grado se llevará a efecto conforme a lo establecido en la ley 30/84…”
Aparentemente estaríamos como los demás funcionarios, en la práctica NO. La asignación al puesto de nivel se hace en comisión de servicio y ese hecho determina que la gente no consolide nada, aunque desempeñe su trabajo correctamente durante un montón de años. Es uno más de los agravios al sufrido colectivo de los mandos intermedios.
Otro derecho que se queda en menos tiene que ver con la promoción interna. Se regula por extenso y aparentemente se nos trata como a los demás… sólo que como no se establece la periodicidad de las convocatorias ni el número de plazas, puede ocurrir y ha ocurrido que se pasen unos diez años entre una convocatoria y otra o que, después de cuatro años, se descuelguen con 250 plazas para un colectivo de 20.000 funcionarios del grupo D.
A la vista de los hechos reales puede decirse que legalmente existe la promoción interna, pero las posibilidades de promocionar que tienen las personas son casi nulas
En el nuevo sistema retributivo parece que se estableciesen dos clases diferentes de funcionarios.
Se determinan en el ámbito del Parlamento las retribuciones básicas de todos, dentro de la ley de presupuestos de cada año, pero no así las complementarias de los que hayan pasado a puesto tipo; según el artículo 44.2
“La cuantía de las retribuciones complementarias se determinará por la Sociedad Estatal, previa negociación con la representación de los funcionarios en los términos previstos en la legislación vigente y en especial las normas sobre incremento de retribuciones que se establezcan en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado”
La seguridad y la confianza que merece la Sociedad Estatal, previa negociación con los sindicatos, no es la misma que la que nos inspira el Parlamento de la Nación.
Si alguien piensa que la última parte del párrafo nos protege de alguna merma retributiva se equivoca: los límites que se ponen a las subidas en las leyes de presupuestos son por arriba, son topes que no se deben sobrepasar, pero no hay ningún impedimento a que Correos subiese a sus funcionarios menos que la Administración a los demás
Las retribuciones de los funcionarios que no hayan pasado a puesto tipo se regirán por lo que se determina en la Disposición transitoria segunda, que difiere en parte de lo establecido en el artículo 44.
Después de todo lo expuesto, pienso que se puede terminar diciendo que la hipótesis inicial era correcta, que los funcionarios de Correos hemos sido expoliados de una parte importante de nuestros derechos.
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miércoles, 7 de octubre de 2009
El Presupuesto de Correos para 2010
Se ha publicado en la intranet de Correos el presupuesto que el presidente ha presentado a la Comisión de Fomento del Congreso.
De la lectura del documento no queda completamente claro si las variaciones porcentuales que se indican lo son respecto de lo presupuestado inicialmente para el ejercicio 2009 o de alguna estimación posterior, corregida a la baja. Datos finales todavía no hay, lógicamente.
En un ejercicio sin ingresos atípicos descollantes y sin un apreciable cambio de tamaño de la empresa, el descenso de los ingresos se puede tomar como una medida bastante buena del impacto de la crisis sobre Correos.
Se maneja una merma del 2,6%, lo cuál nos indica que el efecto es apreciable, pero no tiene nada de dramático.
En el caso de que la comparación se estuviese realizando con lo presupuestado inicialmente para 2009 estaríamos ante una subida real de los ingresos esperados para 2010 frente a los que muy probablemente se alcancen en 2009, más bajos de lo que se presupuestó el año pasado por estas fechas.
En todo caso, este moderadísimo descenso no justifica objetivamente el catastrofismo de algunas opiniones interesadas.
El capítulo de gastos suele dar bastantes pistas sobre la calidad de la gestión. En este caso hay que examinarlo con atención, añadiendo el dato que no está, el que falta (¡qué casualidad!)
Los gastos de explotación crecerán el 1,3%; desde los 2.227,64 hasta los 2256,6 millones de euros y vamos a desglosarlo en dos apartados:
Este segundo apartado ya se ha comentado anteriormente en otro artículo de este blog. El dato de 2008 (tomado de la memoria oficial) me pareció demasiado abultado y contenía partidas escandalosas, como una provisión de veinte millones de Euros para hacer frente a posibles sentencias contrarias en conflictos contra su propio personal. Aquí lo de escandaloso puede que se quede corto.
Por lo que se observa, no está previsto que mejore la actuación de los responsables, sino que será un poquito peor que el año pasado y semejante sumidero seguirá tragándose más de la cuarta parte de los dineros de esta empresa.
Es muy llamativo el contraste que hay entre los esfuerzos propagandísticos de nuestros directivos y que podríamos agrupar bajo el lema: "Hay que recortar gastos, vamos a reducir gastos" y la falta de voluntad de llevarlo al presupuesto, metiendo la tijera a los otros gastos "raritos", no escondiendo el dato de un aumento del 1,85&.
De la lectura del documento no queda completamente claro si las variaciones porcentuales que se indican lo son respecto de lo presupuestado inicialmente para el ejercicio 2009 o de alguna estimación posterior, corregida a la baja. Datos finales todavía no hay, lógicamente.
En un ejercicio sin ingresos atípicos descollantes y sin un apreciable cambio de tamaño de la empresa, el descenso de los ingresos se puede tomar como una medida bastante buena del impacto de la crisis sobre Correos.
Se maneja una merma del 2,6%, lo cuál nos indica que el efecto es apreciable, pero no tiene nada de dramático.
En el caso de que la comparación se estuviese realizando con lo presupuestado inicialmente para 2009 estaríamos ante una subida real de los ingresos esperados para 2010 frente a los que muy probablemente se alcancen en 2009, más bajos de lo que se presupuestó el año pasado por estas fechas.
En todo caso, este moderadísimo descenso no justifica objetivamente el catastrofismo de algunas opiniones interesadas.
El capítulo de gastos suele dar bastantes pistas sobre la calidad de la gestión. En este caso hay que examinarlo con atención, añadiendo el dato que no está, el que falta (¡qué casualidad!)
Los gastos de explotación crecerán el 1,3%; desde los 2.227,64 hasta los 2256,6 millones de euros y vamos a desglosarlo en dos apartados:
1) Gastos de personal, que van a crecer el 1,1 %, desde los 1.634,72 hasta los 1.652,7 millones de euros.
Esto es bastante razonable, salvo por el detalle de que estamos a las puertas de la firma del nuevo convenio y no debería conocerse con tanta precisión el incremento de los costes salariales. A no ser que se haya firmado ya y los mortales comunes y corrientes no lo sepamos.
2) Los demás gastos de explotación, que pasan de los 592,92 a los 603, 9 millones, con un incremento porcentual del 1,85
Este segundo apartado ya se ha comentado anteriormente en otro artículo de este blog. El dato de 2008 (tomado de la memoria oficial) me pareció demasiado abultado y contenía partidas escandalosas, como una provisión de veinte millones de Euros para hacer frente a posibles sentencias contrarias en conflictos contra su propio personal. Aquí lo de escandaloso puede que se quede corto.
Por lo que se observa, no está previsto que mejore la actuación de los responsables, sino que será un poquito peor que el año pasado y semejante sumidero seguirá tragándose más de la cuarta parte de los dineros de esta empresa.
Es muy llamativo el contraste que hay entre los esfuerzos propagandísticos de nuestros directivos y que podríamos agrupar bajo el lema: "Hay que recortar gastos, vamos a reducir gastos" y la falta de voluntad de llevarlo al presupuesto, metiendo la tijera a los otros gastos "raritos", no escondiendo el dato de un aumento del 1,85&.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Una larga marcha hacia ninguna parte-I
Érase una vez... la ley 14/2000.-
En este trabajo se pretende hacer un seguimiento al declive de los derechos del personal funcionario destinado en Correos, durante la transformación de aquel antiguo organismo administrativo en sociedad anónima, ya casi privatizable a día de hoy.
He tomado como punto de partida a la ley 14/2000, que en su artículo 58 disponía la transformación de Correos en SA.
Ya en la exposición de motivos de aquella ley se indica:
“Para que el muy considerable número de funcionarios de Correos y Telégrafos pasen a prestar sus servicios en la nueva sociedad, se ha previsto que pasen a la misma manteniendo sus derechos adquiridos, de acuerdo con un régimen jurídico particular que, sin perjuicio de mantener su condición de funcionarios públicos, se adapta a la especial naturaleza de la organización en la que se integran, así como a la singular excepcionalidad del proceso de transformación que ahora se acomete.”
Sin concretar nada, aún no es el momento, nos empiezan diciendo que para el funcionario de Correos algo va a cambiar, aunque se le promete el mantenimiento de sus derechos adquiridos y la condición de funcionario.
Por promesas no iba a quedar; eso es muy barato, sobre todo si al final se incumplen.
De momento, amigo lector, ya te anticipo que en ninguna parte de esta ley se concreta cuáles son los mencionados “derechos adquiridos” que se van a respetar. En principio, todos han sido adquiridos de unas maneras u otras, no hemos robado ninguno; pero enseguida veremos que no se está refiriendo precisamente a todos.
Siete. 3.-
“Los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, que conserven la condición de funcionarios se regirán por lo dispuesto en el presente artículo y en lo no previsto por el mismo, por las normas de rango de ley que regulan el régimen general de los funcionarios públicos. El Gobierno dictará la normativa especifica que, desarrolle este régimen jurídico, atendiendo a la especial singularidad de los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’ y en particular, desarrollando el régimen general de retribuciones complementarias y definiendo el régimen de ordenación y asignación de puestos de trabajo. Hasta tanto no se complete dicha normativa se aplicará el Real Decreto 1638/1995, de 6 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento del Personal al Servicio del Organismo autónomo Correos y Telégrafos, en lo que no se oponga al presente artículo.”
Es en este importante art. 58 de la ley 14/2000 donde se va a regular la transición de los funcionarios hacia la S A., se dejará al resto de la normativa con rango de ley aplicable a la Función Publica con el carácter de subsidiaria.
Es aquí donde se están poniendo los cimientos de la diferenciación del funcionario de Correos con respecto a los demás, naturalmente con una intencionalidad, lo que vendrá después no es casual.
Se parte del Reglamento de Personal de 1995 y se emplaza al Gobierno a que dicte una normativa específica, cosa que hizo en marzo de 2004, con la publicación del Convenio-I y el vigente Estatuto del personal.
A destacar el párrafo en que se indica parte de los contenidos: “…definiendo el régimen de ordenación y asignación de puestos de trabajo”
No sé si el legislador era consciente de que a la larga iban a ser los firmantes de futuros convenios quienes liquidarían la ordenación de puestos establecida entonces, y plasmada en la RPT, y quienes dinamitarían el sistema de acceso a los puestos con arreglo a criterios de igualdad, mérito y capacidad; sustituyendo todo ello por los puestos tipo de la Relación General de Empleos, a desempeñar indistintamente por funcionarios y laborales (¿?); y por el criterio de idoneidad (más propiamente denominado “el sistema del dedo benefactor”) como mecanismo de asignación en el segundo asunto.
Ambas suplantaciones satisfacían deseos y necesidades de los campeones de la liberalización, cada vez más encumbrados a los puestos de responsabilidad de la empresa. A la primera la vestirán de voluntariedad alegando que a puesto tipo sólo pasa quien quiere (sin contar las trampas y las presiones para que se haga). La segunda seguramente les tocaba más de cerca por aquello de los deseados nombramientos y la pusieron en marcha sin dilación.
Lo que se trata de resaltar aquí es que es en esta ley (art. 58) donde se ponen las bases para contravenir el derecho de los funcionarios de Correos a continuar en el puesto que tenían asignado -porque acabará desapareciendo dentro de la RPT que suprimirán en el futuro-, y a poder acceder a otros de una determinada manera, propia de la Función Pública.
Ocho.2.-
“Todas las restantes facultades, derechos y obligaciones, respecto del personal que conserve la condición de funcionario y que, con arreglo a este artículo, presten servicios para la “Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima”, corresponderán exclusivamente a esta sociedad, que ejercerá dichas facultades a través de los órganos que se determinen.”
Los “órganos que se determinen” son aquellos internos de la S A que iban a detentar potestades administrativas, aunque estuviesen personalizados en individuos ajenos a la Administración, y que nunca llegaron a crearse, quizás por que a este desaguisado jurídico no haya por dónde cogerlo.
Desde luego, no será porque no se hayan echado en falta los citados órganos, falta que ha dado pie a algunas sentencias judiciales sorprendentes.
Nueve.-
“Los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, que conserven la condición de funcionarios percibirán las retribuciones básicas previstas en el artículo 23 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, en la cuantía establecida, para el grupo al que pertenezcan, en las sucesivas Leyes de Presupuestos Generales del Estado.
En relación con las retribuciones complementarias, la determinación de su cuantía se establecerá por la “Sociedad Estatal Correos y Telégrafos Sociedad Anónima”, previa negociación con la representación de los funcionarios en los términos previstos en la legislación vigente y en especial las normas sobre incremento de retribuciones que se establezcan en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado.”
No da igual que la cuantía de los complementos a percibir se determine en el Parlamento, en la ley de presupuestos de cada año, que la determine la Dirección de Correos, previa negociación con los sindicatos.
No sólo es que esta ley impone la segunda de las formas, con el desasosiego que nos provocan los pactos Dirección-sindicatos, sino también que pone trabas a los aumentos de salarios recordando que no se debe sobrepasar el tope establecido para el conjunto de los funcionarios, pero no hace nada por impedir que la subida aplicada a los funcionarios de Correos pudiera ser alguna vez menor que la del resto.
Diez.-
“La asignación de puestos de trabajo a los empleados que conserven la condición de funcionarios de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, se adecuará a las características funcionales y niveles de responsabilidad de los puestos de trabajo, en base a criterios de experiencia y competencia profesional, en los términos y con los procedimientos que reglamentariamente se determinen.”
Es un intento, más o menos débil, de poner algún límite a la discrecionalidad en este apartado de la asignación de puestos; en todo caso, esto que indica el art. diez no tiene mucho que ver con los sistemas al uso en la Función Pública, basados en criterios de igualdad, mérito y capacidad.
En este trabajo se pretende hacer un seguimiento al declive de los derechos del personal funcionario destinado en Correos, durante la transformación de aquel antiguo organismo administrativo en sociedad anónima, ya casi privatizable a día de hoy.
He tomado como punto de partida a la ley 14/2000, que en su artículo 58 disponía la transformación de Correos en SA.
Ya en la exposición de motivos de aquella ley se indica:
“Para que el muy considerable número de funcionarios de Correos y Telégrafos pasen a prestar sus servicios en la nueva sociedad, se ha previsto que pasen a la misma manteniendo sus derechos adquiridos, de acuerdo con un régimen jurídico particular que, sin perjuicio de mantener su condición de funcionarios públicos, se adapta a la especial naturaleza de la organización en la que se integran, así como a la singular excepcionalidad del proceso de transformación que ahora se acomete.”
Sin concretar nada, aún no es el momento, nos empiezan diciendo que para el funcionario de Correos algo va a cambiar, aunque se le promete el mantenimiento de sus derechos adquiridos y la condición de funcionario.
Por promesas no iba a quedar; eso es muy barato, sobre todo si al final se incumplen.
De momento, amigo lector, ya te anticipo que en ninguna parte de esta ley se concreta cuáles son los mencionados “derechos adquiridos” que se van a respetar. En principio, todos han sido adquiridos de unas maneras u otras, no hemos robado ninguno; pero enseguida veremos que no se está refiriendo precisamente a todos.
Siete. 3.-
“Los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, que conserven la condición de funcionarios se regirán por lo dispuesto en el presente artículo y en lo no previsto por el mismo, por las normas de rango de ley que regulan el régimen general de los funcionarios públicos. El Gobierno dictará la normativa especifica que, desarrolle este régimen jurídico, atendiendo a la especial singularidad de los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’ y en particular, desarrollando el régimen general de retribuciones complementarias y definiendo el régimen de ordenación y asignación de puestos de trabajo. Hasta tanto no se complete dicha normativa se aplicará el Real Decreto 1638/1995, de 6 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento del Personal al Servicio del Organismo autónomo Correos y Telégrafos, en lo que no se oponga al presente artículo.”
Es en este importante art. 58 de la ley 14/2000 donde se va a regular la transición de los funcionarios hacia la S A., se dejará al resto de la normativa con rango de ley aplicable a la Función Publica con el carácter de subsidiaria.
Es aquí donde se están poniendo los cimientos de la diferenciación del funcionario de Correos con respecto a los demás, naturalmente con una intencionalidad, lo que vendrá después no es casual.
Se parte del Reglamento de Personal de 1995 y se emplaza al Gobierno a que dicte una normativa específica, cosa que hizo en marzo de 2004, con la publicación del Convenio-I y el vigente Estatuto del personal.
A destacar el párrafo en que se indica parte de los contenidos: “…definiendo el régimen de ordenación y asignación de puestos de trabajo”
No sé si el legislador era consciente de que a la larga iban a ser los firmantes de futuros convenios quienes liquidarían la ordenación de puestos establecida entonces, y plasmada en la RPT, y quienes dinamitarían el sistema de acceso a los puestos con arreglo a criterios de igualdad, mérito y capacidad; sustituyendo todo ello por los puestos tipo de la Relación General de Empleos, a desempeñar indistintamente por funcionarios y laborales (¿?); y por el criterio de idoneidad (más propiamente denominado “el sistema del dedo benefactor”) como mecanismo de asignación en el segundo asunto.
Ambas suplantaciones satisfacían deseos y necesidades de los campeones de la liberalización, cada vez más encumbrados a los puestos de responsabilidad de la empresa. A la primera la vestirán de voluntariedad alegando que a puesto tipo sólo pasa quien quiere (sin contar las trampas y las presiones para que se haga). La segunda seguramente les tocaba más de cerca por aquello de los deseados nombramientos y la pusieron en marcha sin dilación.
Lo que se trata de resaltar aquí es que es en esta ley (art. 58) donde se ponen las bases para contravenir el derecho de los funcionarios de Correos a continuar en el puesto que tenían asignado -porque acabará desapareciendo dentro de la RPT que suprimirán en el futuro-, y a poder acceder a otros de una determinada manera, propia de la Función Pública.
Ocho.2.-
“Todas las restantes facultades, derechos y obligaciones, respecto del personal que conserve la condición de funcionario y que, con arreglo a este artículo, presten servicios para la “Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima”, corresponderán exclusivamente a esta sociedad, que ejercerá dichas facultades a través de los órganos que se determinen.”
Los “órganos que se determinen” son aquellos internos de la S A que iban a detentar potestades administrativas, aunque estuviesen personalizados en individuos ajenos a la Administración, y que nunca llegaron a crearse, quizás por que a este desaguisado jurídico no haya por dónde cogerlo.
Desde luego, no será porque no se hayan echado en falta los citados órganos, falta que ha dado pie a algunas sentencias judiciales sorprendentes.
Nueve.-
“Los empleados de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, que conserven la condición de funcionarios percibirán las retribuciones básicas previstas en el artículo 23 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, en la cuantía establecida, para el grupo al que pertenezcan, en las sucesivas Leyes de Presupuestos Generales del Estado.
En relación con las retribuciones complementarias, la determinación de su cuantía se establecerá por la “Sociedad Estatal Correos y Telégrafos Sociedad Anónima”, previa negociación con la representación de los funcionarios en los términos previstos en la legislación vigente y en especial las normas sobre incremento de retribuciones que se establezcan en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado.”
No da igual que la cuantía de los complementos a percibir se determine en el Parlamento, en la ley de presupuestos de cada año, que la determine la Dirección de Correos, previa negociación con los sindicatos.
No sólo es que esta ley impone la segunda de las formas, con el desasosiego que nos provocan los pactos Dirección-sindicatos, sino también que pone trabas a los aumentos de salarios recordando que no se debe sobrepasar el tope establecido para el conjunto de los funcionarios, pero no hace nada por impedir que la subida aplicada a los funcionarios de Correos pudiera ser alguna vez menor que la del resto.
Diez.-
“La asignación de puestos de trabajo a los empleados que conserven la condición de funcionarios de la ‘Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, Sociedad Anónima’, se adecuará a las características funcionales y niveles de responsabilidad de los puestos de trabajo, en base a criterios de experiencia y competencia profesional, en los términos y con los procedimientos que reglamentariamente se determinen.”
Es un intento, más o menos débil, de poner algún límite a la discrecionalidad en este apartado de la asignación de puestos; en todo caso, esto que indica el art. diez no tiene mucho que ver con los sistemas al uso en la Función Pública, basados en criterios de igualdad, mérito y capacidad.
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jueves, 23 de julio de 2009
Las otras sentencias de Correos
Recientemente han tenido el mal gusto de publicar en la intranet corporativa una sentencia contraria a la demanda de una compañera de Granada por acoso laboral; parece que hasta llegan a regodearse resaltando los perjuicios que supuestamente recaerán sobre ella por haber emprendido acciones legales contra Correos y las personas exculpadas.
Resulta demasiado evidente la intención de utilizar los hechos y el medio para amedrentar a los muchos que están sufriendo “mobbing” y disuadirlos de que denuncien. Parece que esto es lo que realmente preocupa, mucho más que la proliferación de este tipo de comportamientos violentos dentro de nuestra organización. Es muy lamentable todo este asunto.
En la realidad sucede que hay muchos litigios que Correos pierde. Estos son los datos que presenta la propia empresa en la memoria de 2008:
En la nota 15 de la Memoria de Cuentas Anuales Consolidadas (Página 150 del documento) se detallan algunas de las provisiones que se hacen.
Quiero destacar una de las partidas y referirme a ella: la denominada “Provisión por reclamaciones del personal”, que da cuenta, aproximadamente, de unos fondos aparcados para hacer frente a los pagos futuros derivados de sentencias contrarias en litigios contra los propios trabajadores; litigios ya iniciados.
Estas son las cifras:
A) Saldo a 1 de Enero de 2008: 25.121.000 €. Cantidad que se arrastraba de antes.
B) Dotación de 2008: 20.832.000 €. Por causa de las reclamaciones planteadas por los trabajadores en el ejercicio. (¡Es un dineral!)
C) Aplicaciones/pagos: 1.764.000 €. Agotados todos los recursos, finalmente no hubo más remedio que pagar (y es un pico)
D) Reversiones/excesos: 5.298.000 €. Se ganó el último recurso y Correos se libró en el último momento de pagar. Hubo suerte esa vez.
E) Saldo a 31 de Diciembre de 2008: 38.891.000 €. Casi cuarenta millones de Euros, sólo por reclamaciones del personal; los pifostios con proveedores, con la competencia, etc. se contabilizan aparte.
Lo que salta a la vista de estos datos es que semejante volumen de pleitos, un año tras otro, da pie a pensar que aquí se vive más fuera de la ley que dentro y que debe ser deliberado, puesto que nadie se queja por ello. Parece que todo el mundo lo ve con normalidad, cuando es una auténtica sangría a la que habría que añadir el coste de todos los profesionales empleados en la defensa, que no debe ser poco.
Mi teoría es que, a base de atropellos, se está empujando intencionadamente a la gente para que se vaya, con el consentimiento de los sindicatos mayoritarios.
Es difícil de admitir porque sería muy triste se nos tratase con esa falta de consideración, que nuestros directivos buscasen el beneficio de la empresa en esos pantanales y que nuestros sindicatos se tragasen semejante sapo sin parpadear.
Aspiro a estar equivocado en esto.
Resulta demasiado evidente la intención de utilizar los hechos y el medio para amedrentar a los muchos que están sufriendo “mobbing” y disuadirlos de que denuncien. Parece que esto es lo que realmente preocupa, mucho más que la proliferación de este tipo de comportamientos violentos dentro de nuestra organización. Es muy lamentable todo este asunto.
En la realidad sucede que hay muchos litigios que Correos pierde. Estos son los datos que presenta la propia empresa en la memoria de 2008:
En la nota 15 de la Memoria de Cuentas Anuales Consolidadas (Página 150 del documento) se detallan algunas de las provisiones que se hacen.
Quiero destacar una de las partidas y referirme a ella: la denominada “Provisión por reclamaciones del personal”, que da cuenta, aproximadamente, de unos fondos aparcados para hacer frente a los pagos futuros derivados de sentencias contrarias en litigios contra los propios trabajadores; litigios ya iniciados.
Estas son las cifras:
A) Saldo a 1 de Enero de 2008: 25.121.000 €. Cantidad que se arrastraba de antes.
B) Dotación de 2008: 20.832.000 €. Por causa de las reclamaciones planteadas por los trabajadores en el ejercicio. (¡Es un dineral!)
C) Aplicaciones/pagos: 1.764.000 €. Agotados todos los recursos, finalmente no hubo más remedio que pagar (y es un pico)
D) Reversiones/excesos: 5.298.000 €. Se ganó el último recurso y Correos se libró en el último momento de pagar. Hubo suerte esa vez.
E) Saldo a 31 de Diciembre de 2008: 38.891.000 €. Casi cuarenta millones de Euros, sólo por reclamaciones del personal; los pifostios con proveedores, con la competencia, etc. se contabilizan aparte.
Lo que salta a la vista de estos datos es que semejante volumen de pleitos, un año tras otro, da pie a pensar que aquí se vive más fuera de la ley que dentro y que debe ser deliberado, puesto que nadie se queja por ello. Parece que todo el mundo lo ve con normalidad, cuando es una auténtica sangría a la que habría que añadir el coste de todos los profesionales empleados en la defensa, que no debe ser poco.
Mi teoría es que, a base de atropellos, se está empujando intencionadamente a la gente para que se vaya, con el consentimiento de los sindicatos mayoritarios.
Es difícil de admitir porque sería muy triste se nos tratase con esa falta de consideración, que nuestros directivos buscasen el beneficio de la empresa en esos pantanales y que nuestros sindicatos se tragasen semejante sapo sin parpadear.
Aspiro a estar equivocado en esto.
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martes, 30 de junio de 2009
Unidad Sindical, otros puntos de vista
Manolo Camba.-
Andrea Abeledo.-
Julia M..-
Napoleón Boina Aparte.-
NINGÚN DOS DOUS TEDES NIN IDEIA DESTE MOVIMENTO SINDICAL QUE SE ESTÁ FORMANDO NA CORUÑA, QUE O MOVEN OS COMITÉS : XUNTA DE PERSOAL E COMITÉ DE EMPRESA.
QUE HAIA MANEXADA DE FONDO , TRAICIÓNS,RENTABILIDADE, HIPOCRESIIAS, ETC. ETC., VALE. XÁ O SABIAMOS CANDO ESCOMENZAMOS.
PERO A XENTE DA CORUÑA QUERE ESA UNIDADE, E A PROBA FOI O MILLAR ALÍ REUNIDO.
ANTES DE FALAR, INFORMÁDEVOS A FONDO.
Non acostumo a esconderme detrás do anonimato. Eu son MANOLO CAMBA, DA CGT, e fico moi orgulloso do conquerido E DA RESPOSTA DO NOSO COLECTIVO, e creo que pode haber MÁIS DO MESMO, SI SABEMOS ESTAR AHÍ. vale?
Andrea Abeledo.-
PUES YO CREO QUE EN LO DE GALICIA SE TRATA DE DEFENDERNOS DE UN ABUSO COCRETO, Y QUE LOS QUE ESTÁN ESTÁN, Y LOS QUE NO ESTÁN NO. LA MEDIDA DE LA RESPONSABILIDAD Y LA FIDELIDAD DE ESTA UNIÓN SE VERÁ EN LA VOLUNTAD INMEDIATA Y FUTURA DE SEGUIR CON ESTA LUCHA. QUIZÁS LOS QUE AUGURÁIS LA HECATOMBE, LO HACÉIS POR SER MUCHO MÁS EXPERIMENTADOS, ESTAR MÁS ESCALDADOS, ETC, QUE LOS DEMÁS, TENÉIS VUESTRO Dº A PENSAR ASÍ, VUESTRA EXPERIENCIA OS LO INDICA, QUIENES SOMOS NUEVOS TENEMOS UN POCO DE ESPERANZA Y DESEAMOS CAMBIAR LA REALIDAD VOLVIENDO A CONFIAR AL MENOS PUNTUALMENTE, EN LA PALABRA DADA. ¿no es bastante extenuadora la lucha contra el empresariado, como para tener que hacer la batalla también contra los otros sindicatos? Algunos llevamos sanas intenciones, y hay que intentarlo todo. Es fácil hablar desde la retaguardia del que es crítico literario, observador político y económico, pero que no hace nada más que evaluar las acciones ajenas, a veces con la cobardía del que pudiendo y debiendo participar activamente, está mas cómodo y seguro manifestándose bajo un seudónimo paraguas protector. el que hace, actúa, se equivoca públicamente. quien no, también lo yerra, pero esos errores quedan en la intimidad de su vida ocultando su cobardía. Unidad sindical a parte, aquí, con sólo los valientes, no se puede hacer nada, y máxime si el colectivo está tan desilusionado y desmovilizado como lo demuestra el de correos. Pienso que hay que intentarlo todo, y los que traicionen, pagarán su traición, lo que no podemos hacer los responsables sindicales es desaprovechar batallas, cuando alguien está pidiendo lo mismo que yo, o se propone hacerlo ¿por qué no aceptarlo...? andrea abeledo(cgt)
Julia M..-
Permitidme deciros a los dos que de ningún modo se os ha atacado; al contrario, si leéis por ahí notareis el respeto hacia la CGT Y CIGA. Lo que ocurre es que cada uno opina como quiere, pero en ningún momento ofendiendo.
Cuando en un contrato de estos basura con el que estuve trabajando en La Coruña entrasteis con GIGA Y CCOO (no se si había más), pues bien, yo ya sabía lo de la mani y pensaba ir. Cuando oí al representante de CCOO hablar de "los derechos del trabajador", supe QUE NO IRÍA, así de simple... ¿Cómo voy a ir a una mani donde se van a ver las siglas de un sindicato TRAIDOR?
¿Vosotros sabéis la situación FALSA a la que nos llevaron a algunos recurriendo sentencias que teníamos ganadas?
Se puede comprender que una empresa lo haga PERO UN SINDICATO NO!, es I N A C E P T A B L E.
¿Cómo es posible la unidad con éstos si no han hecho NADA por cambiar NADA?
Dicen que está habiendo un cambio en ese sindicato...yo os pregunto, ¿ese cambio lo han hecho público? ¿Han demostrado algo?
Sabéis quien soy, y si salgo como anónimo es porque participo aquí como uno mas. También sabéis más cosas, así es que estoy segura de que comprenderéis mi postura.
Yo no creo en esa unidad. Creí en su momento en la Plataforma, que vosotros apoyasteis, y recuerdo cuando en las reuniones se recalcaba que "no siglas"; algo que se respetó. Ahora no, cuanto mas grandes sean para "algunos" mejor. Tal vez es que ya tienen mentalizados a sus afiliados para que no se presenten sin ellas...
No me siento extorsionista ni nada parecido por decir lo que pienso. Creo además que debería servir de atención para que hagáis las cosas de otra manera. Si estáis donde estáis no es para nada, es una RESPONSABILIDAD y se deben hacer las cosas equilibradamente y SIN PROTAGONISMOS.
Yo ando trabajando por las carterías y sé cómo piensa la gente. Lo primero, se mueven antes por los recargos (sin quitarle importancia) que por auténticas injusticias visibles... no, no me habléis de ese tipo de unidad por favor.
julia M. sin siglas...
Napoleón Boina Aparte.-
Mi postura no está demasiado lejos de la vuestra, aunque la haya explicado como he podido y otras personas la entiendan como mejor les parezca.
En ningún momento he renegado de los logros que pudieran conseguirse, en esta ocasión y también en el futuro. Les he calificado de “menores”, no de “indeseables”.
No me gustan las banderas que predominaron en la manifestación, pero procuro ser práctico y no renegaría de la compañía de aquellas personas en un momento puntual, por una necesidad.
Puede ser que, entre toda aquella gente, hubiese muchos con auténtica buena intención; podría llegar a admitir que la mayoría había acudido allí con buena fe; pero sé muy bien que en última instancia no tendrán más remedio que acatar las directrices que les marquen sus dirigentes sindicales y que los verdaderos intereses de de esas cúpulas sindicales tienden a centrarse en sí mismas (en su poder, su supervivencia) y a identificarse demasiado con los de quien les paga.
Así las cosas, la Unidad Sindical a que os referís me parece falsa por inviable. Se pueden estar persiguiendo otras cosas, probablemente. Presentar este acontecimiento como un principio de unidad no se ajusta a lo que yo entiendo como adecuado. Lo que se edifique sobre estos cimientos no debería tardar mucho en derrumbarse y habrá que ver a quién pilla debajo; suele ser al menos avisado.
Esta vez no voy a pediros que reviséis la historia para conocerlos por sus actos pasados. Parece ser inminente la firma del Convenio-III. Sentaros a esperarlo y observad qué es lo que se firma y quién lo firma. Después, mirándoos al espejo, tratad de explicaros a vosotros mismos aquello de la ilusionante unidad, etc, etc, esto mismo que nos estáis contando ahora a nosotros.
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domingo, 21 de junio de 2009
La Unidad Sindical
Es natural que la gente de base de Coreos desee y pida unidad sindical. Sabemos que eso permitiría conseguir que se nos respete bastante más, que se nos trate con un mínimo de justicia. Serviría para mitigar un poco el efecto de la carga del ajuste duro sobre nuestras espaldas, que es lo que parece que se nos viene encima. Hasta ahí llegan las mentes preclaras de nuestros asustados directivos. Si hay algo más, de momento no se ha visto.
Desgraciadamente, hoy estoy convencido de que tal unidad no es posible.
En el panorama sindical de Correos, lideradas por dirigentes profesionales, las organizaciones persiguen intereses, no ya más o menos divergentes, sino contrapuestos en aspectos fundamentales en algunos casos.
Así no puede haber puntos de encuentro que empiecen siendo leales y continúen sólidos y fructíferos. Podrían verse acercamientos puntuales, más que nada guiados por la intención de aprovecharse de las organizaciones rivales en el reparto de las prebendas.
Es un grave error de perspectiva el confundir colaboraciones puntuales de sindicatos, siempre en reivindicaciones de bajo nivel y por intereses no del todo claros, como se acaba de comentar, con un verdadero principio de unidad.
Un ejemplo ilustrativo se puede captar observando como hay organizaciones que acuden a la reciente manifestación conjunta de Galicia, que alguno se ha empeñado en presentarnos casi como un hito en la historia, al mismo tiempo que boicotean la presencia de los demás sindicatos en el proceso de negociación del Convenio-III, que es donde más dramáticamente se ventila nuestro futuro en estos momentos.
Es principalmente ahí donde habría que estar juntos… si realmente se quisiera avanzar juntos.
Por si alguien necesitase alguna aclaración, diré que prestarse al pasteleo bilateral (cada sindicato con la Dirección), equivale a torpedear el funcionamiento de la Mesa de Negociación, y por tanto, al boicot de quienes participan de ella; es decir, el resto de los sindicatos.
Todo ello a cambio de algo, naturalmente, que las cosas siempre tienen un porqué.
¿Es posible algún tipo de unidad sindical en estas circunstancias?
Pienso que únicamente la de los perdedores en semejante estado de cosas (me estoy refiriendo a las bases de cualquier sindicato); la de los damnificados por la actuación de quienes anteponen una y otra vez los intereses de las cúpulas sindicales a los de todos.
Tal unidad tiene que ser, en parte, contra esas jerarquías sindicales establecidas, culpables de buena parte de la situación. Por la regeneración. Por la dignificación de lo sindical, que es una herramienta nuestra y debería servir para algo tan noble como defendernos.
Hace bien poco escuchábamos en este foro el grito desesperado de la gente de CCOO de Madrid contra lo que ellos calificaban de mafias controladoras del aparato sindical. No pueden librarse de ellos desde dentro. Y la situación no es exclusiva de ese sindicato, está generalizada.
Quizá desde fuera, con el apoyo de todos…
La Unidad sindical que tenga entre sus objetivos desmantelar el orden sindical establecido en Correos tiene una razón de ser y puede tener un futuro.
Las reivindicaciones conjuntas, del estilo de las que se mencionan en este hilo, con sindicatos que no están pendientes más que de los intereses de la organización y sus dirigentes, no deben ser confundidas con la unidad sindical; quien pretenda venderlas como tal es porque está engañado o va a engañar.
Desgraciadamente, hoy estoy convencido de que tal unidad no es posible.
En el panorama sindical de Correos, lideradas por dirigentes profesionales, las organizaciones persiguen intereses, no ya más o menos divergentes, sino contrapuestos en aspectos fundamentales en algunos casos.
Así no puede haber puntos de encuentro que empiecen siendo leales y continúen sólidos y fructíferos. Podrían verse acercamientos puntuales, más que nada guiados por la intención de aprovecharse de las organizaciones rivales en el reparto de las prebendas.
Es un grave error de perspectiva el confundir colaboraciones puntuales de sindicatos, siempre en reivindicaciones de bajo nivel y por intereses no del todo claros, como se acaba de comentar, con un verdadero principio de unidad.
Un ejemplo ilustrativo se puede captar observando como hay organizaciones que acuden a la reciente manifestación conjunta de Galicia, que alguno se ha empeñado en presentarnos casi como un hito en la historia, al mismo tiempo que boicotean la presencia de los demás sindicatos en el proceso de negociación del Convenio-III, que es donde más dramáticamente se ventila nuestro futuro en estos momentos.
Es principalmente ahí donde habría que estar juntos… si realmente se quisiera avanzar juntos.
Por si alguien necesitase alguna aclaración, diré que prestarse al pasteleo bilateral (cada sindicato con la Dirección), equivale a torpedear el funcionamiento de la Mesa de Negociación, y por tanto, al boicot de quienes participan de ella; es decir, el resto de los sindicatos.
Todo ello a cambio de algo, naturalmente, que las cosas siempre tienen un porqué.
¿Es posible algún tipo de unidad sindical en estas circunstancias?
Pienso que únicamente la de los perdedores en semejante estado de cosas (me estoy refiriendo a las bases de cualquier sindicato); la de los damnificados por la actuación de quienes anteponen una y otra vez los intereses de las cúpulas sindicales a los de todos.
Tal unidad tiene que ser, en parte, contra esas jerarquías sindicales establecidas, culpables de buena parte de la situación. Por la regeneración. Por la dignificación de lo sindical, que es una herramienta nuestra y debería servir para algo tan noble como defendernos.
Hace bien poco escuchábamos en este foro el grito desesperado de la gente de CCOO de Madrid contra lo que ellos calificaban de mafias controladoras del aparato sindical. No pueden librarse de ellos desde dentro. Y la situación no es exclusiva de ese sindicato, está generalizada.
Quizá desde fuera, con el apoyo de todos…
La Unidad sindical que tenga entre sus objetivos desmantelar el orden sindical establecido en Correos tiene una razón de ser y puede tener un futuro.
Las reivindicaciones conjuntas, del estilo de las que se mencionan en este hilo, con sindicatos que no están pendientes más que de los intereses de la organización y sus dirigentes, no deben ser confundidas con la unidad sindical; quien pretenda venderlas como tal es porque está engañado o va a engañar.
viernes, 5 de junio de 2009
En Correos no es tan grave-II
Comentarios a la comunicación del Presidente.-
La comunicación mencionada ha sido publicada en la entrada anterior, "En Correos no es tan grave-I", tal como apareció en la intranet corporativa.
La verdad es que no empieza bien D. Sixto.
Nos vaticina que será difícil recuperar las cifras de envíos postales, una vez superada la crisis, y que para entonces la competencia habrá ganado en agresividad.
Realmente no sabemos cuándo ni cómo terminará este episodio económico y a las cuestiones a que se refiere nuestro Presidente sólo puede responderse con la ayuda de una bola de cristal, cosa que la gente seria no tiene.
En el próximo ciclo expansivo de la Economía habrá que ver lo que sucede con los envíos postales (envíos de cualquier objeto admisible en la red postal) y también comprobaremos lo que haya podido quedar en pie de nuestra competencia; porque sucede que aquí llueve para todos.
Teniendo en cuenta que el primer semestre de 2008 aún fue de crecimiento y que el ejercicio terminó con un descenso del tráfico postal del 5,2%, podríamos decir que la última parte del año fue muy mala, comparable al primer cuatrimestre de 2009 pero no mucho peor. Tal vez hayamos tocado fondo.
Los cuatro pilares sobre los que pretende asentar la estrategia de Correos suenan bien; pero yo añadiría dos más, por si la sugerencia sirviese de algo:
1) Respetar escrupulosamente la legalidad en todos los ámbitos, incluso penalizando determinados comportamientos impropios de una sociedad estatal.
Aparte de dignificar la imagen de la empresa (un valioso activo que no lo aguanta todo), el conducirse prudentemente frenaría la sangría de recursos dedicados a la defensa jurídica y al pago por sentencias contrarias, multas, etc.
2) Tratar de ganarse la paz social, no recurrir al viejísimo truco de comprarla.
Con el sindicalismo que padecemos, situación propiciada en buena parte por la Dirección, es difícil que las bases lleguen a sentirse partícipes de ningún proyecto. De ahí se derivan muchas cosas, buenas muy pocas.
En cuanto a los resultados de 2008 (107 millones de Euros antes de impuestos), no están nada mal, puestos al lado de la debacle de otros sectores.
El descenso no viene por el lado de los ingresos, que han crecido el 1,6%, sino que tiene su origen en los gastos.
Dentro de este capítulo destaca por su elevada cuantía la partida “Otros gastos de explotación”, que contiene una línea para recoger ciertas pérdidas y deterioros (las antiguas provisiones contables)
Como no se desglosa, nos quedamos con las ganas de saber la cantidad que se ha destinado a provisionar los créditos fallidos de Bancorreos y las indemnizaciones al personal por sentencia (caso Despedidos de Mayo, por ejemplo)y por tanto, la incidencia que tales dotaciones hayan podido tener en el resultado del ejercicio.
Finaliza nuestro Presidente quejándose amargamente de que estamos comparativamente muy mal en materia de absentismo.
Llevan unos cuantos años fracasando sin paliativos en la batalla contra esto, esa es la verdad, y es una pena que lean La Diligencia Postal sin el debido aprovechamiento.
Aquí hemos diagnosticado que el fallo no está en la naturaleza de los trabajadores de Correos, sino en las cualidades de su entorno laboral, determinadas en buena medida por los directivos.
Si esto es así, incentívese a esos directivos para que creen las condiciones trabajo adecuadas y se estará avanzando por el buen camino.
Podría lograrse tal incentivo, por ejemplo, ligando una parte considerable de sus emolumentos a la tasa de absentismo de los subordinados sobre los que llegan a ejercer influencia. Seguro que mejoraba inmediatamente el clima laboral en toda la Casa y aumentaban las ganas de venir a trabajar.
La comunicación mencionada ha sido publicada en la entrada anterior, "En Correos no es tan grave-I", tal como apareció en la intranet corporativa.
La verdad es que no empieza bien D. Sixto.
Nos vaticina que será difícil recuperar las cifras de envíos postales, una vez superada la crisis, y que para entonces la competencia habrá ganado en agresividad.
Realmente no sabemos cuándo ni cómo terminará este episodio económico y a las cuestiones a que se refiere nuestro Presidente sólo puede responderse con la ayuda de una bola de cristal, cosa que la gente seria no tiene.
En el próximo ciclo expansivo de la Economía habrá que ver lo que sucede con los envíos postales (envíos de cualquier objeto admisible en la red postal) y también comprobaremos lo que haya podido quedar en pie de nuestra competencia; porque sucede que aquí llueve para todos.
Teniendo en cuenta que el primer semestre de 2008 aún fue de crecimiento y que el ejercicio terminó con un descenso del tráfico postal del 5,2%, podríamos decir que la última parte del año fue muy mala, comparable al primer cuatrimestre de 2009 pero no mucho peor. Tal vez hayamos tocado fondo.
Los cuatro pilares sobre los que pretende asentar la estrategia de Correos suenan bien; pero yo añadiría dos más, por si la sugerencia sirviese de algo:
1) Respetar escrupulosamente la legalidad en todos los ámbitos, incluso penalizando determinados comportamientos impropios de una sociedad estatal.
Aparte de dignificar la imagen de la empresa (un valioso activo que no lo aguanta todo), el conducirse prudentemente frenaría la sangría de recursos dedicados a la defensa jurídica y al pago por sentencias contrarias, multas, etc.
2) Tratar de ganarse la paz social, no recurrir al viejísimo truco de comprarla.
Con el sindicalismo que padecemos, situación propiciada en buena parte por la Dirección, es difícil que las bases lleguen a sentirse partícipes de ningún proyecto. De ahí se derivan muchas cosas, buenas muy pocas.
En cuanto a los resultados de 2008 (107 millones de Euros antes de impuestos), no están nada mal, puestos al lado de la debacle de otros sectores.
El descenso no viene por el lado de los ingresos, que han crecido el 1,6%, sino que tiene su origen en los gastos.
Dentro de este capítulo destaca por su elevada cuantía la partida “Otros gastos de explotación”, que contiene una línea para recoger ciertas pérdidas y deterioros (las antiguas provisiones contables)
Como no se desglosa, nos quedamos con las ganas de saber la cantidad que se ha destinado a provisionar los créditos fallidos de Bancorreos y las indemnizaciones al personal por sentencia (caso Despedidos de Mayo, por ejemplo)y por tanto, la incidencia que tales dotaciones hayan podido tener en el resultado del ejercicio.
Finaliza nuestro Presidente quejándose amargamente de que estamos comparativamente muy mal en materia de absentismo.
Llevan unos cuantos años fracasando sin paliativos en la batalla contra esto, esa es la verdad, y es una pena que lean La Diligencia Postal sin el debido aprovechamiento.
Aquí hemos diagnosticado que el fallo no está en la naturaleza de los trabajadores de Correos, sino en las cualidades de su entorno laboral, determinadas en buena medida por los directivos.
Si esto es así, incentívese a esos directivos para que creen las condiciones trabajo adecuadas y se estará avanzando por el buen camino.
Podría lograrse tal incentivo, por ejemplo, ligando una parte considerable de sus emolumentos a la tasa de absentismo de los subordinados sobre los que llegan a ejercer influencia. Seguro que mejoraba inmediatamente el clima laboral en toda la Casa y aumentaban las ganas de venir a trabajar.
En Correos no es tan grave-I
Comunicación del Presidente.-
Publicada en la intranet de Correos el 4 de Junio de 2009.
Se trae aquí porque sirve de referencia al comentario que sobre ella contiene el próximo artículo.
"Fuerte descenso de volúmenes de envíos
Durante el encuentro con la Dirección de la Zona 5 y los responsables de las diversas áreas, el presidente analizó, en primer lugar, el mercado postal español, condicionado por la próxima liberalización en 2011, las nuevas demandas de los clientes y el fuerte descenso de los volúmenes de correspondencia, generalizado en toda Europa. Y añadió que será difícil recuperar las cifras de envíos postales del pasado una vez superada la crisis económica, dada la evolución del sector y la pujanza de las comunicaciones electrónicas.
El tráfico postal en 2008, en CORREOS, se redujo un 5,2% y esta tónica se ha agudizado en el primer cuatrimestre de este año, con un descenso del 10,4%. El presidente augura además una competencia en el sector cada vez más agresiva.
Para afrontar la situación, definió los cuatro ejes principales de la futura estrategia de CORREOS:
• Ser referente en el sector por innovación y calidad.
• Escuchar al cliente y ofrecerle un servicio integral mediante la diversificación en paquetería y el negocio electrónico.
• Ganar en eficiencia y productividad.
• Reiterar el compromiso de Correos con la sociedad y con los trabajadores.
El potencial tecnológico conseguido con las inversiones de los últimos años, junto con las capacidades de las otras empresas del grupo, Chronoexprés y Correo Híbrido, son las principales palancas para alcanzar los retos actuales.
Resultados de 2008 y evolución de 2009
En 2008 los beneficios antes de impuestos han sido de 107 millones de euros, un 28,4% menos que en 2007. Esta reducción obedece, principalmente, al incremento del 3,9% de los gastos de personal (1.573 M€) y del 10,1% en el concepto de otros gastos de explotación (437,2 M€). La cifra de negocio creció ligeramente, un 1,6%, hasta los 2.141 M€.
A pesar de la contención en estas partidas durante el primer cuatrimestre de 2009 (incremento del 2,7% en materia de personal y del 3,7% en otros gastos), la cuenta de resultados de este periodo muestra una fuerte reducción de los beneficios, próxima al 50%.
Millones de euros perdidos por absentismo
El presidente mencionó también los efectos en la viabilidad de CORREOS del absentismo que, aunque en los últimos años se ha reducido ligeramente, hasta situarse en un 7,3% en 2008, supone unas pérdidas anuales de 105 millones de euros y significa que diariamente faltan al trabajo 4.500 empleados. “Una situación completamente insostenible para cualquier otra empresa del sector, donde los índices no superan el 4%”, dijo.
Para terminar, nuestro presidente expresó su compromiso de trabajar para que CORREOS continúe siendo la primera empresa de España en número de empleados y el servicio público mejor valorado por la ciudadanía; y su deseo de que todos –directivos, trabajadores, sindicatos...-, cada cual en su medida, sumemos esfuerzos para ayudarle a alcanzar estos objetivos."
Publicada en la intranet de Correos el 4 de Junio de 2009.
Se trae aquí porque sirve de referencia al comentario que sobre ella contiene el próximo artículo.
"Fuerte descenso de volúmenes de envíos
Durante el encuentro con la Dirección de la Zona 5 y los responsables de las diversas áreas, el presidente analizó, en primer lugar, el mercado postal español, condicionado por la próxima liberalización en 2011, las nuevas demandas de los clientes y el fuerte descenso de los volúmenes de correspondencia, generalizado en toda Europa. Y añadió que será difícil recuperar las cifras de envíos postales del pasado una vez superada la crisis económica, dada la evolución del sector y la pujanza de las comunicaciones electrónicas.
El tráfico postal en 2008, en CORREOS, se redujo un 5,2% y esta tónica se ha agudizado en el primer cuatrimestre de este año, con un descenso del 10,4%. El presidente augura además una competencia en el sector cada vez más agresiva.
Para afrontar la situación, definió los cuatro ejes principales de la futura estrategia de CORREOS:
• Ser referente en el sector por innovación y calidad.
• Escuchar al cliente y ofrecerle un servicio integral mediante la diversificación en paquetería y el negocio electrónico.
• Ganar en eficiencia y productividad.
• Reiterar el compromiso de Correos con la sociedad y con los trabajadores.
El potencial tecnológico conseguido con las inversiones de los últimos años, junto con las capacidades de las otras empresas del grupo, Chronoexprés y Correo Híbrido, son las principales palancas para alcanzar los retos actuales.
Resultados de 2008 y evolución de 2009
En 2008 los beneficios antes de impuestos han sido de 107 millones de euros, un 28,4% menos que en 2007. Esta reducción obedece, principalmente, al incremento del 3,9% de los gastos de personal (1.573 M€) y del 10,1% en el concepto de otros gastos de explotación (437,2 M€). La cifra de negocio creció ligeramente, un 1,6%, hasta los 2.141 M€.
A pesar de la contención en estas partidas durante el primer cuatrimestre de 2009 (incremento del 2,7% en materia de personal y del 3,7% en otros gastos), la cuenta de resultados de este periodo muestra una fuerte reducción de los beneficios, próxima al 50%.
Millones de euros perdidos por absentismo
El presidente mencionó también los efectos en la viabilidad de CORREOS del absentismo que, aunque en los últimos años se ha reducido ligeramente, hasta situarse en un 7,3% en 2008, supone unas pérdidas anuales de 105 millones de euros y significa que diariamente faltan al trabajo 4.500 empleados. “Una situación completamente insostenible para cualquier otra empresa del sector, donde los índices no superan el 4%”, dijo.
Para terminar, nuestro presidente expresó su compromiso de trabajar para que CORREOS continúe siendo la primera empresa de España en número de empleados y el servicio público mejor valorado por la ciudadanía; y su deseo de que todos –directivos, trabajadores, sindicatos...-, cada cual en su medida, sumemos esfuerzos para ayudarle a alcanzar estos objetivos."
jueves, 21 de mayo de 2009
A Juanita
A mi madre, cuya pérdida me ha dejado empequeñecido, desorientado, incapaz de escribir dos líneas seguidas.
http://www.youtube.com/watch?v=AIwreUJ_MpA
.
http://www.youtube.com/watch?v=AIwreUJ_MpA
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lunes, 30 de marzo de 2009
Una de terror.
En el último acuerdo entre Correos y Deutsche Bank, ambas sociedades crearon una join-venture para explotar el negocio bancario en España.
Indudablemente, tiene su interés el estudio de las aportaciones de los dos socios y la fórmula del reparto de los beneficios, pero en esta ocasión quiero centrarme en un punto concreto, cuya importancia ha crecido enormemente en los últimos tiempos: La distribución del riesgo crediticio entre la feliz pareja.
Yo no he tenido acceso a los términos del acuerdo, sí que he procurado informarme cuando se ha presentado la ocasión y, si no estoy equivocado, Correos y D. Bank comparten riesgos, no sé en qué proporción exactamente.
Significa esto que un crédito fallido repercutirá directamente, TAMBIÉN, en las cuentas de Correos.
¡¡¡Horror!!!
Con lo que ha crecido la morosidad, y todo apunta a que irá en aumento, algo nos tiene que tocar. Sería un auténtico milagro que nos librásemos.
Si este mal asunto hace tambalearse a entidades financieramente tan musculosas como cajas y bancos, si nos pilla el toro, Correos no creo que aguante ni medio asalto.
Espero estar mal informado, claro que sí.
http://www.youtube.com/watch?v=nQ798THmR5Y
.
Indudablemente, tiene su interés el estudio de las aportaciones de los dos socios y la fórmula del reparto de los beneficios, pero en esta ocasión quiero centrarme en un punto concreto, cuya importancia ha crecido enormemente en los últimos tiempos: La distribución del riesgo crediticio entre la feliz pareja.
Yo no he tenido acceso a los términos del acuerdo, sí que he procurado informarme cuando se ha presentado la ocasión y, si no estoy equivocado, Correos y D. Bank comparten riesgos, no sé en qué proporción exactamente.
Significa esto que un crédito fallido repercutirá directamente, TAMBIÉN, en las cuentas de Correos.
¡¡¡Horror!!!
Con lo que ha crecido la morosidad, y todo apunta a que irá en aumento, algo nos tiene que tocar. Sería un auténtico milagro que nos librásemos.
Si este mal asunto hace tambalearse a entidades financieramente tan musculosas como cajas y bancos, si nos pilla el toro, Correos no creo que aguante ni medio asalto.
Espero estar mal informado, claro que sí.
http://www.youtube.com/watch?v=nQ798THmR5Y
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lunes, 16 de marzo de 2009
Si yo fuese Fijo-discontinuo-II
Ha pasado un tiempo desde la definición del nuevo equipo gestor de los RR HH de Correos, ya hemos tenido ocasión de observar sus primeras actuaciones y, superada la inicial tregua de cortesía, no estará de más que conozcan de primera mano la impresión causada en el colectivo.
Sus palabras:
En el Abrecartas nº 44, de marzo de 2009, nos dice el Director de recursos humanos, D. Luís Pérez Capitán, que:
“Esta Dirección, clave en una empresa intensiva en mano de obra, debe asumir un modelo FLEXIBLE y DINÁMICO que sirva a los intereses de LA EMPRESA y de los trabajadores [concesión obligada a la galería de quien realmente piensa que los trabajadores NO son la empresa]”.
En la mente de quien así se expresa no parece que haya un lugar muy destacado para el sometimiento al Derecho Administrativo en materia de relaciones laborales ni para el respeto escrupuloso a los derechos consolidados de los casi 30.000 funcionarios que trabajamos aquí desde mucho antes de que él llegase.
Por suerte o por desgracia, ese modelo flexible y dinámico que se nos quiere vender tiene toda la pinta de ser incompatible con el status de funcionario que nos corresponde por Derecho.
Así las cosas, podría salvar los muebles el hecho de centrar los mejores afanes en buscar una salida digna para los que deseen irse y unas garantías sólidas para quienes prefieran quedarse (me estoy refiriendo a mover hilos exitosamente en los círculos del poder político).
Si no van en esa dirección, si lo que se pretende es reinventar la pólvora y el puesto tipo, dudo que podamos celebrar juntos muchos éxitos en el futuro.
Sus hechos:
Me ha llamado la atención la reciente convocatoria a examen para acceder a un contrato de Fijo-discontinuo en varias provincias. Más concretamente la advertencia de que ésa será la única forma de acceso en el futuro, sin manifestar ninguna intención de tomar medidas solventes para evitar que la gente permanezca demasiado tiempo en ese pozo.
Es fácil entender que esa situación laboral, salvo en casos muy concretos, es calamitosa para la persona que la sufre por necesidad.
Si no se les ayuda a salir de ahí, estaremos hablando de gente que tendrá las obligaciones del trabajador durante una buena parte de su vida laboral -quizá los mejores años-, pero la incertidumbre económica le privará del derecho a planificar una vida “normal” (una familia, un hogar, etc. ¿Con qué ingresos recurrentes?)
Cuesta dar por bueno ese modelo de empresa que asienta sobre un ejército de desheredados la consecución de pingües beneficios que no está nada claro a quiénes van a ir a parar ni el porqué. Particularmente si se entiende el verbo repartir como vía para conseguir un equilibrio fructífero.
Es admisible que se necesite personal para refuerzos temporales, por las razones argumentadas en el anterior trabajo de esta serie. La solución para los adoradores del dios Mercado no consiste en llevar a empujones a todo el mundo hacia ese tipo de contrato (mucho menos con la colaboración sindical), sino en incentivarlo con realidades hasta hacerlo apetecible a los suficientes. Pagando más; así como suena.
Además de eso creo que es necesaria una válvula de escape para la situación. Tiene que ser cierto que se puede salir de ahí en un plazo razonable. Quizás podría conseguirse otorgándoles una cierta puntuación por tiempo de permanencia en esa modalidad de contratación, que les proporcionase alguna ventaja en los concursos de traslados, a la hora de optar a determinados puestos. No necesariamente a todos.
Hasta el momento no tengo noticia de ninguna medida paliativa, las apuntadas u otras. Me gustaría pensar que llegarán en breve porque nuestros directivos lo consideren razonable y por la sensibilidad de nuestros sindicatos más representativos.
Sus palabras:
En el Abrecartas nº 44, de marzo de 2009, nos dice el Director de recursos humanos, D. Luís Pérez Capitán, que:
“Esta Dirección, clave en una empresa intensiva en mano de obra, debe asumir un modelo FLEXIBLE y DINÁMICO que sirva a los intereses de LA EMPRESA y de los trabajadores [concesión obligada a la galería de quien realmente piensa que los trabajadores NO son la empresa]”.
En la mente de quien así se expresa no parece que haya un lugar muy destacado para el sometimiento al Derecho Administrativo en materia de relaciones laborales ni para el respeto escrupuloso a los derechos consolidados de los casi 30.000 funcionarios que trabajamos aquí desde mucho antes de que él llegase.
Por suerte o por desgracia, ese modelo flexible y dinámico que se nos quiere vender tiene toda la pinta de ser incompatible con el status de funcionario que nos corresponde por Derecho.
Así las cosas, podría salvar los muebles el hecho de centrar los mejores afanes en buscar una salida digna para los que deseen irse y unas garantías sólidas para quienes prefieran quedarse (me estoy refiriendo a mover hilos exitosamente en los círculos del poder político).
Si no van en esa dirección, si lo que se pretende es reinventar la pólvora y el puesto tipo, dudo que podamos celebrar juntos muchos éxitos en el futuro.
Sus hechos:
Me ha llamado la atención la reciente convocatoria a examen para acceder a un contrato de Fijo-discontinuo en varias provincias. Más concretamente la advertencia de que ésa será la única forma de acceso en el futuro, sin manifestar ninguna intención de tomar medidas solventes para evitar que la gente permanezca demasiado tiempo en ese pozo.
Es fácil entender que esa situación laboral, salvo en casos muy concretos, es calamitosa para la persona que la sufre por necesidad.
Si no se les ayuda a salir de ahí, estaremos hablando de gente que tendrá las obligaciones del trabajador durante una buena parte de su vida laboral -quizá los mejores años-, pero la incertidumbre económica le privará del derecho a planificar una vida “normal” (una familia, un hogar, etc. ¿Con qué ingresos recurrentes?)
Cuesta dar por bueno ese modelo de empresa que asienta sobre un ejército de desheredados la consecución de pingües beneficios que no está nada claro a quiénes van a ir a parar ni el porqué. Particularmente si se entiende el verbo repartir como vía para conseguir un equilibrio fructífero.
Es admisible que se necesite personal para refuerzos temporales, por las razones argumentadas en el anterior trabajo de esta serie. La solución para los adoradores del dios Mercado no consiste en llevar a empujones a todo el mundo hacia ese tipo de contrato (mucho menos con la colaboración sindical), sino en incentivarlo con realidades hasta hacerlo apetecible a los suficientes. Pagando más; así como suena.
Además de eso creo que es necesaria una válvula de escape para la situación. Tiene que ser cierto que se puede salir de ahí en un plazo razonable. Quizás podría conseguirse otorgándoles una cierta puntuación por tiempo de permanencia en esa modalidad de contratación, que les proporcionase alguna ventaja en los concursos de traslados, a la hora de optar a determinados puestos. No necesariamente a todos.
Hasta el momento no tengo noticia de ninguna medida paliativa, las apuntadas u otras. Me gustaría pensar que llegarán en breve porque nuestros directivos lo consideren razonable y por la sensibilidad de nuestros sindicatos más representativos.
viernes, 13 de marzo de 2009
Si yo fuese Fijo-discontinuo-I
Voy a recuperar este artículo, publicado en Octubre de 2007, que servirá perfectamente de preámbulo a un segundo trabajo sobre el tema.
"Empezaré por una afirmación que me puede granjear algún que otro enemigo, de no ser capaz de explicarla y de matizarla: Correos, S A necesita personal fijo-discontinuo para ser eficiente.
Se me ocurren dos buenas razones para ello, y eso no quiere decir que no haya otras además.
La primera es que la demanda del servicio que vendemos no es la misma en todas las épocas del año (tradicionalmente aumenta bastante en Navidad). Se comprende que hará falta personal para atender adecuadamente a esos picos de demanda.
La otra es que fromamos una gran plantilla que concentra sus vacaciones en los meses de verano, lo que hace muy razonable la contratación de personal de refuerzo durante esa época.
Hasta aquí se justificaría el tener en nómina una cantidad apreciable de trabajadores discontinuos; con lo de fijos se conseguiría que estén formados y motivados; ambas cosas propician el que lleguen a ser más productivos.
Si Correos ofreciese este tipo de relación laboral a la gente que realmente la desea (a título de ejemplo serviría el estudiante que sólo quiere trabajar algunos meses al año) estaríamos ante un equilibrio muy estable, por satisfactorio para casi todos. Pero no se ha hecho así -seguramente porque no se ha podido- y asistimos desconcertados al actual proceso de creación de una bolsa de trabajadores fijo-discontinuos, proceso que presenta sus peculiaridades.
Cuando la Dirección observó que la respuesta a sus pretensiones era muy débil, y que no se cubrirían las necesidades previstas, se empezaron a forzar las cosas para empujar al personal hacia esa modalidad de contratación.
¿Era la mejor solución?
Puede que no; desde un punto de vista teórico, todo lo que sea alejarse de la posición del equilibrio natural del mercado (en este caso laboral) es ineficiente. En ese sentido quizás habría sido más conveniente ofrecer las plazas sobrantes a trabajadores aún no vinculados a la Casa, pero demandantes de esta clase de contrato.
Lo peor ha estado en la operativa real, en algunos hechos concretos:
Se empezó por apoyarse en los sindicatos del régimen para la tarea de “pastorear” a la gente hacia el fijo-discontinuo. Los sindicatos no deberían estar para eso.
Se hurtó a la gente la información necesaria para tomar su decisión. Seguramente alguien consideró contraproducente que estuviesen informados.
Se han sacado de la manga un concurso de traslados que ha hecho felices a unos cuantos afortunados, que se han encontrado con unas plazas fijas a tiempo total, y ha frustrado las legítimas aspiraciones de otros compañeros que acumulaban más méritos objetivos para acceder a ellas. De paso nos dejan a los 65.000 la incómoda sensación de que aquí vale todo... de que el fin justifica los medios.
Me parece claro que este concurso es un instrumento publicitario aplicado a la finalidad de crear entre los trabajadores la conciencia de que "tiene premio" el aceptar lo que a la Dirección le venga bien, aunque se esté saltando a la torera dos docenas de acuerdos y de solemnes promesas.
No es racional que se bordee lo ético, y quizá hasta lo legal, para conseguir una cantidad necesaria de fijo-discontinuos y acto seguido se les pierda en esa modalidad por reconvertirlos en fijo-continuos. Debemos pensar que este proceder no llegará demasiado lejos. Se puede hacer la gracia con unos pocos por motivos publicitarios, pero masivamente NO puede ser.
Tienes todo el derecho a desconfiar de aquellos que en los foros de internet se esfuerzan en contabilizar cuántos han conseguido plaza a tiempo completo en el célebre concurso y en resaltar el suceso todo lo que pueden. Seguramente están haciendo su trabajo... destinado a “orientarte” convenientemente.
Para finalizar, unas palabras de ánimo a quienes han resultado esta vez damnificados: los integrantes de las listas de expectativas. Hay un hecho que se impone, y es que, por unas u otras razones, muchos funcionarios dejarán de estar aquí en un periodo de tiempo no demasiado largo. Habrá que suplirlos con personal laboral; quizás no a todos, pero sí a muchos. Así pues, la mayoría de los que deseáis entrar no deberíais tardar mucho en conseguirlo. De una manera o de otra, por una vía o por otra.
Eso es lo previsible."
"Empezaré por una afirmación que me puede granjear algún que otro enemigo, de no ser capaz de explicarla y de matizarla: Correos, S A necesita personal fijo-discontinuo para ser eficiente.
Se me ocurren dos buenas razones para ello, y eso no quiere decir que no haya otras además.
La primera es que la demanda del servicio que vendemos no es la misma en todas las épocas del año (tradicionalmente aumenta bastante en Navidad). Se comprende que hará falta personal para atender adecuadamente a esos picos de demanda.
La otra es que fromamos una gran plantilla que concentra sus vacaciones en los meses de verano, lo que hace muy razonable la contratación de personal de refuerzo durante esa época.
Hasta aquí se justificaría el tener en nómina una cantidad apreciable de trabajadores discontinuos; con lo de fijos se conseguiría que estén formados y motivados; ambas cosas propician el que lleguen a ser más productivos.
Si Correos ofreciese este tipo de relación laboral a la gente que realmente la desea (a título de ejemplo serviría el estudiante que sólo quiere trabajar algunos meses al año) estaríamos ante un equilibrio muy estable, por satisfactorio para casi todos. Pero no se ha hecho así -seguramente porque no se ha podido- y asistimos desconcertados al actual proceso de creación de una bolsa de trabajadores fijo-discontinuos, proceso que presenta sus peculiaridades.
Cuando la Dirección observó que la respuesta a sus pretensiones era muy débil, y que no se cubrirían las necesidades previstas, se empezaron a forzar las cosas para empujar al personal hacia esa modalidad de contratación.
¿Era la mejor solución?
Puede que no; desde un punto de vista teórico, todo lo que sea alejarse de la posición del equilibrio natural del mercado (en este caso laboral) es ineficiente. En ese sentido quizás habría sido más conveniente ofrecer las plazas sobrantes a trabajadores aún no vinculados a la Casa, pero demandantes de esta clase de contrato.
Lo peor ha estado en la operativa real, en algunos hechos concretos:
Se empezó por apoyarse en los sindicatos del régimen para la tarea de “pastorear” a la gente hacia el fijo-discontinuo. Los sindicatos no deberían estar para eso.
Se hurtó a la gente la información necesaria para tomar su decisión. Seguramente alguien consideró contraproducente que estuviesen informados.
Se han sacado de la manga un concurso de traslados que ha hecho felices a unos cuantos afortunados, que se han encontrado con unas plazas fijas a tiempo total, y ha frustrado las legítimas aspiraciones de otros compañeros que acumulaban más méritos objetivos para acceder a ellas. De paso nos dejan a los 65.000 la incómoda sensación de que aquí vale todo... de que el fin justifica los medios.
Me parece claro que este concurso es un instrumento publicitario aplicado a la finalidad de crear entre los trabajadores la conciencia de que "tiene premio" el aceptar lo que a la Dirección le venga bien, aunque se esté saltando a la torera dos docenas de acuerdos y de solemnes promesas.
No es racional que se bordee lo ético, y quizá hasta lo legal, para conseguir una cantidad necesaria de fijo-discontinuos y acto seguido se les pierda en esa modalidad por reconvertirlos en fijo-continuos. Debemos pensar que este proceder no llegará demasiado lejos. Se puede hacer la gracia con unos pocos por motivos publicitarios, pero masivamente NO puede ser.
Tienes todo el derecho a desconfiar de aquellos que en los foros de internet se esfuerzan en contabilizar cuántos han conseguido plaza a tiempo completo en el célebre concurso y en resaltar el suceso todo lo que pueden. Seguramente están haciendo su trabajo... destinado a “orientarte” convenientemente.
Para finalizar, unas palabras de ánimo a quienes han resultado esta vez damnificados: los integrantes de las listas de expectativas. Hay un hecho que se impone, y es que, por unas u otras razones, muchos funcionarios dejarán de estar aquí en un periodo de tiempo no demasiado largo. Habrá que suplirlos con personal laboral; quizás no a todos, pero sí a muchos. Así pues, la mayoría de los que deseáis entrar no deberíais tardar mucho en conseguirlo. De una manera o de otra, por una vía o por otra.
Eso es lo previsible."
viernes, 27 de febrero de 2009
El absentismo laboral-II.
La teoría del Sujeto Paciente.-
En un colectivo tan numeroso como el nuestro no cabe esperar la sorpresa de comportamientos muy alejados de los estándares de toda la población. En ese sentido, puesto que los trabajadores de Correos estamos hechos de la misma pasta que los demás, sería razonable que aquí se alcanzasen unos niveles de absentismo similares a los de otras grandes empresas públicas.
Las causas de que tal cosa no sucediera habría que buscarlas en cuestiones que pudiesen resultar diferenciadoras (organización, funcionamiento, estilo de dirección…), pero no en la naturaleza de los trabajadores, similar en todos los sitios equiparables y que no se puede cambiar de buenas a primeras.
La hipótesis de trabajo parece bastante razonable: Las causas de las elevadas cotas de absentismo que se alcanzan en Correos no están en los trabajadores, sino en su entorno de trabajo, que es determinado fundamentalmente por los directivos. Después, las personas reaccionan de una manera natural y previsible a unos estímulos que les vienen impuestos.
Podríamos decir que, tanto en el origen inicial del fenómeno como en las tareas encaminadas a su corrección, a los trabajadores de Correos nos correspondería el papel del sujeto pasivo; aquel que recibe la acción del verbo y no la ejecuta, tal y como nos enseñaban a conjugar en el colegio.
Sólo que no se terminan aquí las fatigas del pobre currela.
Un día la Dirección de la Casa se pone por objetivo el resolver este problema y, en lugar de dirigir su actuación contra las causas verdaderas, opta por el camino trillado de penalizar al trabajador de todas las maneras que se les ocurren. Hasta piden ayuda a los sindicatos y la obtienen, faltaría más.
De esta forma, los que ya padecían las consecuencias de unas determinadas políticas laborales y sindicales; los frustrados por la inseguridad jurídica reinante (si no estás conforme vete al Contencioso, ya resolverán dentro de cinco años y veremos cómo; mientras tanto ajo y agua); los desesperados que ven impotentes cómo sus derechos son reducidos a la nada por la arbitrariedad descarada y casi impune de cualquier cargo, carguillo o cargote; todo este poblado grupo de gente va a padecer, además, las consecuencias de las medidas adoptadas supuestamente para combatir el absentismo.
Amigo lector, me parece a mí que esta pobre gente ya no es que reciba la acción del verbo… es que las recibe todas. Es por eso que lo de “sujeto pasivo” se me ha quedado muy corto y he preferido llamarlo “sujeto paciente”, creyéndolo más certero.
Digo yo que las célebres medidas, por el tiempo que llevan aplicándose, ya tendrían que haber producido unas cuantas cosechas de excelentes resultados y ahora mismo deberíamos estar por debajo del tres o el cuatro por ciento de absentismo; todo ello adecuadamente publicitado en el Abrecartas, en las memorias anuales y en los discursos oficiales de nuestros dirigentes.
Pues no, por lo menos lo de la publicidad; no sacan el importante dato por ninguna parte. Si es que parece que siempre se les olvida.
¿No será que los resultados han sido un desastre, que era lo predecible?
Bueno, pues no pasa nada; en el próximo Convenio, si los imponderables no lo impiden, reeditarán el invento con más brío.
jueves, 26 de febrero de 2009
El absentismo laboral-I.
Tipología del Directivo.-
Los directivos más cerriles del mundo empresarial consideran al trabajador de base como un pasivo al que se debe pagar la nómina a fin de mes.
Cuanto menos se le pague mejor; ello significa recursos que salen de la empresa, a la que sienten como suya aunque no hayan puesto nada en ella, aparte de su “talento”. Naturalmente, los beneficios producidos entre todos también los ven como suyos, ¿de quién mejor?
El panorama laboral no puede ser más que desastroso: El currante se siente completamente ajeno al proyecto empresarial y va a estirar el absentismo hasta donde pueda. No solamente el presencial, el de no ir al trabajo, sino también el de actitud, que le lleva a escaquearse, a inhibirse sin el menor remordimiento.
En última instancia, para conseguir que aquello medio-funcione se hará necesario gastar un dineral en latigueros.
Se arregló un poco subiendo hasta el siguiente peldaño en la escala evolutiva: El directivo que considera al trabajador como un activo listo para producir; al que conviene mantener en buenas condiciones para que produzca más y mejor… pero que no salga demasiado caro.
Son los que te dicen que el principal activo de la compañía eres TÚ, mientras compran a tus sindicatos para pastorearte más cómodamente en contra de tus intereses sin que rechistes. Sabrás que lo firmado por tus representantes legítimos que hayan merecido el calificativo de "responsables" goza del beneplácito de la crema de la sociedad, particularmente jueces, políticos y empresarios.
Funciona el modelo bastante mejor, pero sólo hasta donde alcanza el engaño. Seguramente por ello se dotan de buenos aparatos propagandísticos, tanto en la Dirección como en los sindicatos colaboradores.
Como es sabido, no se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo, así que habrá siempre unas cifras de absentismo superiores a lo que sería razonable.
La cúspide evolutiva es el directivo americano (al menos americanófilo), que ve al trabajador como un socio que aporta su capital a la empresa; capital humano en este caso.
Si es consecuente le tratará como a tal socio; es decir, compartirá con él proyectos, objetivos, dedicación y también algunos reveses cuando los haya.
En este ambiente, que seguramente no has conocido hasta el momento, la implicación de los trabajadores difícilmente podría mejorarse, el absentismo tendería a situarse en las cotas de lo meramente estructural y el sueldo de los capataces se vería casi como un despilfarro.
Pero claro, that's America; o lo era, porque parece que últimamente las cosas no les funcionan del todo bien.
lunes, 23 de febrero de 2009
La jornada de treinta y cinco horas
En la línea de los dos artículos anteriores, con la vista puesta en la negociación del III Convenio, hoy llega el turno de una vieja reivindicación: la jornada de treinta y cinco horas a la semana.
Soy consciente de que ha tenido muchos y poderosos detractores en diversos ámbitos, suficientes como para impedir que hasta ahora haya salido adelante. De hecho yo no me molestaría en plantearlo si no fuese por lo excepcional, en muchos aspectos, de este momento que nos toca vivir.
Parece que hay muchas cosas a las que tendremos que mirar con ojos nuevos, quizás también a esta cuestión y a sus diversas connotaciones.
Ya no son cuatro, las últimas previsiones apuntan a que llegaremos a la triste cota de los cinco millones de parados. No me parece descabellado proponer, en una situación tan particularmente grave como ésta, que la Administración absorba una parte de ese desempleo, precisamente apoyada en una reducción de la jornada laboral.
No parece oportuna la imposición a las empresas privadas, pero sí podría serlo el incentivar de alguna manera su adhesión a esta práctica.
Pero vayamos al caso de Correos.
Seguramente no sería fácil implementar esta medida en todos los departamentos sin perjuicio para las cuentas de la empresa. Tampoco en todos los niveles, pero con un poco de imaginación se puede ver algún aspecto en que resultaría probablemente beneficioso: Potenciar un turno de tarde; eso nos acercaría al gran objetivo que tenemos planteado como empresa, de ganar cuota de mercado en paquetería y bancarios. Cuando más eficaz puede resultar el reparto de la rentable paquetería B2C es por la tarde, porque es cuando el destinatario puede estar en su domicilio.
En bancarios, refiriéndonos a banca minorista, Bancorreos tendrá menos competencia cuando los demás bancos están cerrados; o sea, por la tarde. También es de suponer que Su Majestad el Cliente agradecería y valoraría el que se le dé la posibilidad de poder hacer una gestión fuera de su jornada laboral.
Doy por descontado que también hay argumentos en contra, pero mi objetivo no era subrayarlos, sino apoyar la jornada de treinta y cinco horas.
Soy consciente de que ha tenido muchos y poderosos detractores en diversos ámbitos, suficientes como para impedir que hasta ahora haya salido adelante. De hecho yo no me molestaría en plantearlo si no fuese por lo excepcional, en muchos aspectos, de este momento que nos toca vivir.
Parece que hay muchas cosas a las que tendremos que mirar con ojos nuevos, quizás también a esta cuestión y a sus diversas connotaciones.
Ya no son cuatro, las últimas previsiones apuntan a que llegaremos a la triste cota de los cinco millones de parados. No me parece descabellado proponer, en una situación tan particularmente grave como ésta, que la Administración absorba una parte de ese desempleo, precisamente apoyada en una reducción de la jornada laboral.
No parece oportuna la imposición a las empresas privadas, pero sí podría serlo el incentivar de alguna manera su adhesión a esta práctica.
Pero vayamos al caso de Correos.
Seguramente no sería fácil implementar esta medida en todos los departamentos sin perjuicio para las cuentas de la empresa. Tampoco en todos los niveles, pero con un poco de imaginación se puede ver algún aspecto en que resultaría probablemente beneficioso: Potenciar un turno de tarde; eso nos acercaría al gran objetivo que tenemos planteado como empresa, de ganar cuota de mercado en paquetería y bancarios. Cuando más eficaz puede resultar el reparto de la rentable paquetería B2C es por la tarde, porque es cuando el destinatario puede estar en su domicilio.
En bancarios, refiriéndonos a banca minorista, Bancorreos tendrá menos competencia cuando los demás bancos están cerrados; o sea, por la tarde. También es de suponer que Su Majestad el Cliente agradecería y valoraría el que se le dé la posibilidad de poder hacer una gestión fuera de su jornada laboral.
Doy por descontado que también hay argumentos en contra, pero mi objetivo no era subrayarlos, sino apoyar la jornada de treinta y cinco horas.
domingo, 1 de febrero de 2009
Si pedís, pudiera ser que se os diera.
Embarcados, como en estos momentos estamos, en la negociación del III Convenio creo que resulta bastante oportuno discutir sobre las cuestiones que podrían acabar formando parte de su contenido.
Hoy me satisface traer aquí una sencilla medida anticrisis con la intención de contribuir a su difusión, a su discusión y perfeccionamiento, de que finalmente sea merecedora de atención y aprobación en la mesa de negociación.
Se trata de los préstamos empresariales a empleados, con tipos de interés bonificados, incluso nulos.
Señalaré, en primer lugar, que se trata de una medida claramente anticíclica en estos momentos. El trabajador suele tener lo bastante desarrollado el sentimiento solidario como para pulirse el préstamo sin tardar demasisado, con el consiguiente efecto benéfico sobre el consumo agregado. Aunque luego tenga que devolverlo poco a poco, eso será después y cabría esperar que para entonces lo peor de la crisis haya pasado ya.
Se ha constatado que el dinero inyectado al sistema para tratar de superar esta delicada situación se queda en el sumidero de la banca mal gestionada y no llega a las familias, perdiéndose por el camino bastante del potencial de esta medida.
He aquí una vía para soslayar a los bancos y llegar a una buena parte de los ciudadanos de a pie: A taves de las empresas solventes en que trabajan.
No se trataría de cargar a estas empresas con el coste de financiar los préstamos a sus empleados, sino de que reciban del Estado las ayudas necesarias para poder prestar sin que les resulte demasiado gravoso (hasta podría ser ligeramente beneficioso para que tengan algún aliciente).
En Correos ya se viene haciendo desde hace años, sería cuestión de potenciarlo aumentando la cuantía, de extenderlo a muchos más beneficiarios (recurriendo a campañas informativas si hace falta), de prolongar un poco la vida del prestamo.
Es una buena ocasión para sacar adelante una medida útil; sólo se requiere que el Estado apoye, que las empresas gestionen y que los trabajadores gasten.
No parece mucho.
Hoy me satisface traer aquí una sencilla medida anticrisis con la intención de contribuir a su difusión, a su discusión y perfeccionamiento, de que finalmente sea merecedora de atención y aprobación en la mesa de negociación.
Se trata de los préstamos empresariales a empleados, con tipos de interés bonificados, incluso nulos.
Señalaré, en primer lugar, que se trata de una medida claramente anticíclica en estos momentos. El trabajador suele tener lo bastante desarrollado el sentimiento solidario como para pulirse el préstamo sin tardar demasisado, con el consiguiente efecto benéfico sobre el consumo agregado. Aunque luego tenga que devolverlo poco a poco, eso será después y cabría esperar que para entonces lo peor de la crisis haya pasado ya.
Se ha constatado que el dinero inyectado al sistema para tratar de superar esta delicada situación se queda en el sumidero de la banca mal gestionada y no llega a las familias, perdiéndose por el camino bastante del potencial de esta medida.
He aquí una vía para soslayar a los bancos y llegar a una buena parte de los ciudadanos de a pie: A taves de las empresas solventes en que trabajan.
No se trataría de cargar a estas empresas con el coste de financiar los préstamos a sus empleados, sino de que reciban del Estado las ayudas necesarias para poder prestar sin que les resulte demasiado gravoso (hasta podría ser ligeramente beneficioso para que tengan algún aliciente).
En Correos ya se viene haciendo desde hace años, sería cuestión de potenciarlo aumentando la cuantía, de extenderlo a muchos más beneficiarios (recurriendo a campañas informativas si hace falta), de prolongar un poco la vida del prestamo.
Es una buena ocasión para sacar adelante una medida útil; sólo se requiere que el Estado apoye, que las empresas gestionen y que los trabajadores gasten.
No parece mucho.
domingo, 25 de enero de 2009
Pedid y se os dará
Se trata en este artículo de comentar una de las propuestas de la Plataforma Reivindicativa para la Negociación Colectiva: Una subida lineal de 300 Euros/mes.
Algunas organizaciones sindicales ajenas a la Plataforma han manifestado su intención de proponer aumentos de este tipo, así que hay bastantes posibilidades de que se trate el tema en alguna de las reuniones de la mesa negociadora.
Hay que empezar diciendo que las subidas lineales tienen la virtud de aminorar las diferencias relativas entre las retribuciones de los diferentes estamentos de una empresa y que, es obvio, las notan más los que menos cobran. Se puede decir que llevan un plus de beneficio social. Bienvenidas sean.
La pena es que hay unos límites, como en casi todo lo bueno; lo que viene a continuación es un intento de aproximación a ellos en el caso concreto de Correos.
De la memoria de 2007 (última publicada hasta el momento) tomaré dos datos por su interés para esta discusión:
La plantilla media durante ese año fue de 66.500 trabajadores en números redondos.
El beneficio de las actividades ordinarias fue de 103 millones de Euros antes de impuestos.
Una multiplicación de tres factores (300 X 12 X 66.500) nos indica que financiar la subida lineal pedida costaría unos 240 millones de Euros al año, sin contar otros gastos derivados, como podrían ser las cotizaciones a la Seguridad Social.
Cada cuál puede considerarlo mucho o poco, pero nótese el hecho cierto de que Correos estaría abocado a presentar pérdidas, de mantenerse el resto de las cifras de aquel año. Dada la situación económica del entorno, por muy optimista que se quiera ser, no se puede esperar mucho más, particularmente por el lado de los ingresos.
Cualquiera puede imaginarse la resistencia numantina de la Dirección a firmar una reivindicación que va a meter a la empresa en el pozo de los números rojos. Muy probablemente acarrearía el cese de los máximos responsables y tendríamos que soportar todo tipo palos en la rueda contra la puesta en práctica del supuesto logro.
Naturalmente, esta subida no se debe considerar aislada, es un punto más dentro de la tabla reivindicativa de la Plataforma. Pretendo decir que puede llegar a ser más viable o menos, por interacción con el resto de las peticiones. Me explico:
Los datos que se han expuesto no dan para plantear un aumento lineal que vaya mucho más allá de los cien Euros/mes y abrigar la esperanza realista de sacarlo adelante sin otras medidas complementarias y convincentes.
Una subida de 300 Euros/mes SÍ podría ser compatible con una plantilla de unos 60.000 trabajadores. Los cálculos tendrían una fundamentación parecida a la anterior y aburriría mucho el repetirlos.
Como tampoco es cuestión de pedir ERE’s o similares, quedaría la posibilidad de potenciar la salida no traumática de personal; es decir, excedencias voluntarias incentivadas a gran escala, reducciones voluntarias de jornada, prejubilaciones, facilidades de todo tipo a los funcionarios que deseen abandonar Correos y todas las demás que vayan en esa línea y a mí no se me ocurren.
En definitiva, yo no veo mal la subida lineal, pero es peligroso que sea brusca; debe ir acompañada de medidas que aligeren de alguna manera la plantilla.
Tampoco se debe perder de vista la evolución de la cuenta de resultados de la empresa porque allí se determina el límite de lo conseguible. Sobrepasarlo puede equivaler a luchar contra los molinos de viento.
Algunas organizaciones sindicales ajenas a la Plataforma han manifestado su intención de proponer aumentos de este tipo, así que hay bastantes posibilidades de que se trate el tema en alguna de las reuniones de la mesa negociadora.
Hay que empezar diciendo que las subidas lineales tienen la virtud de aminorar las diferencias relativas entre las retribuciones de los diferentes estamentos de una empresa y que, es obvio, las notan más los que menos cobran. Se puede decir que llevan un plus de beneficio social. Bienvenidas sean.
La pena es que hay unos límites, como en casi todo lo bueno; lo que viene a continuación es un intento de aproximación a ellos en el caso concreto de Correos.
De la memoria de 2007 (última publicada hasta el momento) tomaré dos datos por su interés para esta discusión:
La plantilla media durante ese año fue de 66.500 trabajadores en números redondos.
El beneficio de las actividades ordinarias fue de 103 millones de Euros antes de impuestos.
Una multiplicación de tres factores (300 X 12 X 66.500) nos indica que financiar la subida lineal pedida costaría unos 240 millones de Euros al año, sin contar otros gastos derivados, como podrían ser las cotizaciones a la Seguridad Social.
Cada cuál puede considerarlo mucho o poco, pero nótese el hecho cierto de que Correos estaría abocado a presentar pérdidas, de mantenerse el resto de las cifras de aquel año. Dada la situación económica del entorno, por muy optimista que se quiera ser, no se puede esperar mucho más, particularmente por el lado de los ingresos.
Cualquiera puede imaginarse la resistencia numantina de la Dirección a firmar una reivindicación que va a meter a la empresa en el pozo de los números rojos. Muy probablemente acarrearía el cese de los máximos responsables y tendríamos que soportar todo tipo palos en la rueda contra la puesta en práctica del supuesto logro.
Naturalmente, esta subida no se debe considerar aislada, es un punto más dentro de la tabla reivindicativa de la Plataforma. Pretendo decir que puede llegar a ser más viable o menos, por interacción con el resto de las peticiones. Me explico:
Los datos que se han expuesto no dan para plantear un aumento lineal que vaya mucho más allá de los cien Euros/mes y abrigar la esperanza realista de sacarlo adelante sin otras medidas complementarias y convincentes.
Una subida de 300 Euros/mes SÍ podría ser compatible con una plantilla de unos 60.000 trabajadores. Los cálculos tendrían una fundamentación parecida a la anterior y aburriría mucho el repetirlos.
Como tampoco es cuestión de pedir ERE’s o similares, quedaría la posibilidad de potenciar la salida no traumática de personal; es decir, excedencias voluntarias incentivadas a gran escala, reducciones voluntarias de jornada, prejubilaciones, facilidades de todo tipo a los funcionarios que deseen abandonar Correos y todas las demás que vayan en esa línea y a mí no se me ocurren.
En definitiva, yo no veo mal la subida lineal, pero es peligroso que sea brusca; debe ir acompañada de medidas que aligeren de alguna manera la plantilla.
Tampoco se debe perder de vista la evolución de la cuenta de resultados de la empresa porque allí se determina el límite de lo conseguible. Sobrepasarlo puede equivaler a luchar contra los molinos de viento.
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