lunes, 26 de abril de 2010

Carta abierta a don Luis Pérez Capitán

En marzo de 2010 el Director de RR HH de Correos, don Luis Pérez, quiso añadir un poco de entusiasmo a nuestra a nuestra desmotivante nómina, mutilada año tras año por congelaciones, pérdidas de poder adquisitivo y CPA's traicioneros.
No, no nos añadieron un bonus propio de directivo, nos hicieron llegar, junto con ella, un escrito de don Luis que se despedía aquella vez con un cordial saludo. Líneas arriba nos contaba la maravilla de empresa en la que trabajamos y nos ofrecía datos y argumentos tendentes a dejar en nosotros la sensación de que mejor que esto casi no lo puede haber.
Se entiende que forma parte de su trabajo, pero no a todos convenció, nuestro compañero Miguel Ángel le respondió con esta carta abierta que amablemente me ha cedido para su publicación en este blog, blog en el que no es la primera vez que escribimos sobre don Luis Pérez. Recuerdo que me causó una desalentadora impresión a su llegada, y así lo escribí en aquel momento. Sus hechos posteriores no me han permitido modificar aquella percepción.



"Estimado compañero:

Me tomo la libertad de darte este tratamiento ya que usted se ha tomado la misma sin saber si es realmente mi compañero o no, yo creo que está usted a medio camino pues es cierto que es funcionario del Estado como yo, pero a usted le han hecho jefe mío a dedo.

En su carta de Marzo de 2010, que se adjunta a las nóminas cursadas, ha incluido una serie de falsedades a las que ya me tiene acostumbrado la revista ABRECARTAS (a la cuál también hace referencia). No es de recibo que pretenda seguir engañándonos con una serie de cifras vacías y datos ambiguos que no significan nada; por favor, trátenos como adultos y acuérdese de sus orígenes como funcionario de la INSPECCIÓN DE TRABAJO.

En lo que se refiere a los servicios de prevención, decirle que es cierto que se ha puesto más gente, pero ¿se ha preguntado si reúnen los requisitos mínimos para ocupar los puestos que ocupan y realizar las gestiones que hacen? Está claro que no; tampoco se ha preocupado de dotarles de medios, de asignar personal suficiente ni de darles una formación continuada que posibilite su trabajo.

También decirle que en lo que se refiere al cumplimiento estricto de la LPRL 31/1995 DE 8 DE NOVIEMBRE no está diciendo la verdad, sólo hay que fijarse en lo sucedido en diciembre/enero de 2009 en el CAM-2 de Barcelona y la situación actual del mismo centro, de la sucursal 36 de Barcelona, del CTA de S. Cugat del Vallés (calor insoportable en verano, botas inadecuadas para trabajar, utilización de carros de transporte deteriorados bajo órdenes recibidas de los jefes, movimiento de dichos carros de dos en dos por los toros (lo indicado es de uno en uno),descoordinación en la última nevada del ocho de marzo de 2010. No quiero olvidarme de las situaciones denunciadas en INSPECCIÓN DE TRABAJO DE BARCELONA, que se contabilizan por docenas, tales como la no aportación de medios a los DELEGADOS DE PREVENCIÓN para acudir a esas evaluaciones de riesgos que en Barcelona han sido impugnadas por la mayoría del Comité de Seguridad y Salud por entender este órgano que se han realizado de forma inapropiada e irregular.

De la vigilancia de la salud de los trabajadores ¿me lo dice o me lo cuenta? Le podría detallar cómo sistemáticamente se vulnera el artículo 100 del actual Convenio Colectivo o, lo que es lo mismo, el artículo 25 de la LPRL 31/1995 DE 8 DE NOVIEMBRE; sí, ésa que usted asegura que se cumple; ejemplos, todos los que usted quiera.

En lo referente a los servicios médicos que han de realizar la vigilancia de la salud de los trabajadores, decir que son risibles; no por su capacidad profesional, sino por los medios puestos a su disposición y la forma en que son remunerados. Tengo ahora mismo delante un documento de la Subdirección de Promoción de la Salud en el que se bonifica a los profesionales de la medicina en función de las altas que dan; es decir, cobran por dar altas médicas y no por ejercer la medicina.

De lo anterior gestiono algunos casos que resultarían inaceptables, como el de una trabajadora que lleva tres años pidiendo una adaptación de puesto en los términos establecidos en el vigente convenio colectivo, mientras sus hombros y Correos la están convirtiendo en una inválida para el resto de su vida.

Del absentismo, decirle que sólo ustedes son los responsables porque, si de verdad aplicasen las normas establecidas, si de verdad realizasen una vigilancia de la salud eficaz, si de verdad dotasen a los servicios médicos y de prevención de los medios necesarios, si diesen formación a los mandos intermedios relativa al cómo, al cuándo y al por qué se deben usar los EPL’s , si nos facilitasen EPI’s adecuados para nuestro trabajo, si se estableciesen limites razonables (carros transportadores con 16 cajas tipo B o 32 tipo A, como máximo), si los sistemas de trabajo se adaptasen a las personas (más del 50% de los trabajadores son mujeres) , si aplicásemos la CONCILIACIÓN DE LA VIDA LABORAL Y FAMILIAR, si… los trabajadores estarían orgullosos de sentirse parte de esta empresa y mucho más motivados, que no todo es el sueldo mileurista que cobramos (no Vd., por descontado).

Creo que no debo extenderme más y, si usted cree oportuno que le aclaremos alguno de los términos de esta carta abierta, ni este sindicato ni yo mismo tendríamos inconveniente en hacerlo. Tampoco nos estorbaría la participación leal de otros sindicatos puesto que a todos nos debería mover la defensa del mismo interés legítimo de los trabajadores.

Sin otro particular, me despido de ti, estimado compañero, con la esperanza de que te abras a la realidad de la empresa, más allá de unas estadísticas, más allá de unos números, fiables y representativos sólo hasta cierto punto.

Miguel Ángel García Pecharromán
Salud Laboral SIPcte-USOC
Secretario de salud laboral FEP-USOC"

sábado, 10 de abril de 2010

Agítese antes de usar y tirar-IV

Conclusiones y alternativas.-

A modo de conclusión, en el último de esta serie de cuatro artículos del mismo título, tengo que decirle al funcionario de Correos que NO procede secundar las movilizaciones tal y como están planteadas. En ellas se va a encontrar completamente fuera de lugar, sin saber muy bien a quién le está pidiendo que apuntale el futuro de una empresa que no tiene graves problemas de supervivencia y que no cuenta con él para ese futuro por el que pretenden empujarle a pelear.
Bien arraigada está la creencia de que los sindicatos mayoritarios no tienen demasiado interés en unos representados (los funcionarios) sin futuro a medio plazo en Correos, desde el momento en que sus cuerpos y escalas han sido declarados a extinguir.
Conocida es la actuación de aquellas organizaciones durante el proceso de conversión en sociedad anónima, el destacado papel que han desempeñado en la gestión del expolio de nuestros derechos a cambio de nada, salvo quizás para sus propias siglas.
La ausencia de la problemática específica de nuestro colectivo en la tabla reivindicativa que han elaborado puede resultar ilustrativa de sus planes de futuro con respecto a nosotros; mejor dicho, de su falta de planes. Inicialmente podría caber la duda de que estuviésemos ante un olvido lamentable, pero tiempo de sobra han tenido para subsanarlo y no lo han hecho; hay que pensar que se ha querido hacer así. Parece que para ellos no importamos, salvo para pedirnos cuotas y sacrificios, para agitarnos antes de usar y tirar.
Y no es que el conjunto de exigencias que se nos propone secundar cause un rechazo especial, se las puede calificar de bastante beneficiosas para la empresa y, por ello, cabe esperar que a largo plazo lo acaben siendo para los trabajadores. Lo infumable es que pasen olímpicamente de los graves problemas que tenemos aquí y ahora y nos pidan que dediquemos nuestro esfuerzo a arreglar el mapamundi, haciendo solidariamente una parte del trabajo de la Dirección; por cierto, causante de bastantes de aquellos problemas que nos afectan de pleno.
Caben las reivindicaciones que se están planteando, pero no en exclusiva ni siquiera en primer plano, hay otras mucho más importantes para nosotros. Ningún funcionario de Correos debería asumir una tabla que no empezase por exigir:

(1) Facilidades para el funcionario que quiera irse porque desea seguir siéndolo. Esto podría concretarse en la reivindicación de un número importante de plazas para ellos en la Administración Autonómica y Local porque la Central, salvo en Madrid, parece que no da mucho más de sí en lo que se refiere a capacidad de acogida.
(2) Respeto a sus derechos y garantías para los que prefieran quedarse, con especial atención al resarcimiento del derecho a una carrera profesional digna y real, que se les ha birlado en esta última década por la aplicación exhaustiva de los llamados criterios de idoneidad (del dedo benefactor) en detrimento del derecho a un sistema de acceso a puestos basado en los criterios de igualdad. Mérito y capacidad. Se tendría que exigir una promoción interna generosamente dotada en plazas que compense de las que no se han ofertado en los últimos tiempos.
(3) Prejubilaciones o cualquier figura similar que permita a los compañeros de más edad poner dignamente el punto final a su trayectoria laboral, en igualdad de condiciones con las cincuenta mil empresas de este país en las que se han hecho operaciones de este tipo, en muchas de ellas con menos motivos que en la nuestra (léase bancos y cajas).
(4) El cese inmediato de esta política de RR HH que venimos padeciendo, que parece diseñada para potenciar en el personal las ansias de irse de aquí cuanto antes y a donde se pueda, política ejecutada principalmente a base de presiones de todas las especies, rozando la ilegalidad en no pocas ocasiones. El próximo que venga que trate de incentivar positivamente.