domingo, 1 de febrero de 2009

Si pedís, pudiera ser que se os diera.

Embarcados, como en estos momentos estamos, en la negociación del III Convenio creo que resulta bastante oportuno discutir sobre las cuestiones que podrían acabar formando parte de su contenido.
Hoy me satisface traer aquí una sencilla medida anticrisis con la intención de contribuir a su difusión, a su discusión y perfeccionamiento, de que finalmente sea merecedora de atención y aprobación en la mesa de negociación.


Se trata de los préstamos empresariales a empleados, con tipos de interés bonificados, incluso nulos.


Señalaré, en primer lugar, que se trata de una medida claramente anticíclica en estos momentos. El trabajador suele tener lo bastante desarrollado el sentimiento solidario como para pulirse el préstamo sin tardar demasisado, con el consiguiente efecto benéfico sobre el consumo agregado. Aunque luego tenga que devolverlo poco a poco, eso será después y cabría esperar que para entonces lo peor de la crisis haya pasado ya.


Se ha constatado que el dinero inyectado al sistema para tratar de superar esta delicada situación se queda en el sumidero de la banca mal gestionada y no llega a las familias, perdiéndose por el camino bastante del potencial de esta medida.

He aquí una vía para soslayar a los bancos y llegar a una buena parte de los ciudadanos de a pie: A taves de las empresas solventes en que trabajan.


No se trataría de cargar a estas empresas con el coste de financiar los préstamos a sus empleados, sino de que reciban del Estado las ayudas necesarias para poder prestar sin que les resulte demasiado gravoso (hasta podría ser ligeramente beneficioso para que tengan algún aliciente).

En Correos ya se viene haciendo desde hace años, sería cuestión de potenciarlo aumentando la cuantía, de extenderlo a muchos más beneficiarios (recurriendo a campañas informativas si hace falta), de prolongar un poco la vida del prestamo.

Es una buena ocasión para sacar adelante una medida útil; sólo se requiere que el Estado apoye, que las empresas gestionen y que los trabajadores gasten.

No parece mucho.

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