miércoles, 2 de julio de 2008

Verano de 2.008

Llega el verano también para La Diligencia Postal. Es momento de ponerse las chanclas y el pantalón corto, de relajarse un poco y cargar las pilas para volver mejor; lo de mejor sólo es un deseo.

Pretendo que durante un tiempo otras personas se ocupen de aportar contenidos a este blog. No me excluyo al cien por cien, seguramente apareceré de vez en cuando, particularmente si en plena canícula nos sorprende alguna movida con repercusiones de calado en lo sindical-laboral. No sería ésta la primera vez que sucede en Correos.

También es una excelente ocasión, amigo lector, para invitarte a que compartas con todos nosotros aquello que guardas para ti sólo desde hace tiempo. ¿Has pensado que por ser bueno y/o interesante merece ser de todos?
Anímate a publicarlo, es tan sencillo como ponerte en contacto con nosotros de la manera que te resulte más cómoda.

Cada persona es como es y, lógicamente, esto implica otro estilo y una temática quizás no del todo coincidente con lo que hasta ahora ha sido La Diligencia Postal, pero estoy seguro de que las aportaciones, las novedades, van a resultar de tu agrado.

Para que puedas hacerte una idea de lo que pretendemos , lo que sigue quiere ser una aproximación al nuevo formato.
Yo lo encuentro mucho más refrescante.
¡Que lo disfrutes!








http://es.youtube.com/watch?v=wjiof0-fjQw&feature=related


CAUSAS Y AZARES

Cuando Pedro salió a su ventana
no sabía, mi amor, no sabía,
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día.
Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando Juan regresaba a su lecho
no sabía, ¡oh, alma querida!,
que en la noche lluviosa y sin techo
lo esperaba el amor de su vida.
Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando acabe este verso que canto
yo no sé - yo no sé, madre mía-
si me espera la paz o el espanto
si el ahora o si el todavía.
Pues las causas me andan cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se me viene enredando
poderoso, invencible.

C. S.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Molas! tío. Así me gusta, a desmelenarse.