Aunque sobre el seguimiento de la convocatoria no hay datos 100% fiables, descartando las dos apreciaciones extremas, y seguramente mucho más interesadas que rigurosas, sí que se podría hablar de un nivel de aceptación suficiente entre los trabajadores de Correos, de una respuesta lo bastante positiva, como para hacernos comprender que algo ha cambiado en el panorama sindical. Para obligarnos a admitir que el modelo vigente está siendo cuestionado por las bases, cuya desconfianza hacia las organizaciones sindicales que dicen haber optado por la concertación y el pragmatismo está en niveles insostenibles.
No solo es que se desconfíe profundamente de las élites dirigentes (Regino, Sayagués, los Alman-zuritos y sus respectivas capillitas), se les podría cambiar por otros y arreglado; lo más grave es que aquí se está identificando sistemáticamente liberado sindical con sinvergüenza. Llegados a este punto el sistema no se sostiene.
Si un sindicato no es capaz de generar confianza e ilusión entre los trabajadores NO SIRVE. Pero es que no le sirve ni siquiera al empresario, y por todo ello es una lacra para la empresa que formamos todos.
No es despreciable la probabilidad de que estas plataformas de trabajadores lleguen a consolidarse, pero aunque no lo consiguieran otros intentos habría, por la sencilla razón de que hay en la plantilla una fuerte demanda, un vivo deseo, de cambio, de regeneración, de honestidad.
Las condiciones son propicias, así que supongo que buena parte del éxito dependerá de no se estropeen las cosas desde dentro.
Por aportar mi granito de arena terminaré diciendo que, sin entrar a valorar las reivindicaciones que habéis expuesto, echo en falta alguna referencia al problema de los 30.000 compañeros funcionarios que hemos sido empujados hacia un Sociedad Anónima, (situación completamente anómala) sin que nadie se haya preocupado de ofrecernos alternativas o soluciones. Sepan todas las partes interesadas que nos sentimos lesionados en nuestros derechos y engañados.
No solo es que se desconfíe profundamente de las élites dirigentes (Regino, Sayagués, los Alman-zuritos y sus respectivas capillitas), se les podría cambiar por otros y arreglado; lo más grave es que aquí se está identificando sistemáticamente liberado sindical con sinvergüenza. Llegados a este punto el sistema no se sostiene.
Si un sindicato no es capaz de generar confianza e ilusión entre los trabajadores NO SIRVE. Pero es que no le sirve ni siquiera al empresario, y por todo ello es una lacra para la empresa que formamos todos.
No es despreciable la probabilidad de que estas plataformas de trabajadores lleguen a consolidarse, pero aunque no lo consiguieran otros intentos habría, por la sencilla razón de que hay en la plantilla una fuerte demanda, un vivo deseo, de cambio, de regeneración, de honestidad.
Las condiciones son propicias, así que supongo que buena parte del éxito dependerá de no se estropeen las cosas desde dentro.
Por aportar mi granito de arena terminaré diciendo que, sin entrar a valorar las reivindicaciones que habéis expuesto, echo en falta alguna referencia al problema de los 30.000 compañeros funcionarios que hemos sido empujados hacia un Sociedad Anónima, (situación completamente anómala) sin que nadie se haya preocupado de ofrecernos alternativas o soluciones. Sepan todas las partes interesadas que nos sentimos lesionados en nuestros derechos y engañados.