Es bien cierto que en los últimos tiempos se han multiplicado las oportunidades al alcance de los funcionarios de Correos de poder abandonar ésta su Casa.
La supresión de la cláusula Ex-11 y la posibilidad de participar en algún proceso de Promoción Interna en la Administración General del Estado han sido objetivos tan largamente anhelados, a veces reivindicados, como denegados. El hecho de que se nos concedan ambos, de pronto, sin ninguna presión especial por nuestra parte, es un indicio bastante revelador de que AHORA SÍ interesa a las altas instancias políticas que tienen la capacidad de decidir. Apunta, además, a que el proceso de desfuncionarización de la plantilla de Correos se está acelerando; puede que estemos entrando en la recta final.
Para intentar construir desde el realismo me ha parecido útil partir de estas tres apreciaciones:
(1) Observo y me doy por enterado de que este proceso que estamos considerando no está encontrando apenas oposición. En el exterior (partidos políticos, grandes sindicatos, la sociedad civil) nadie se manifiesta incomodado por la desaparición de los funcionarios en Correos. Algo de contestación sí que hay dentro, pero en sectores minoritarios y con escasa capacidad de presión.
Con esta correlación de fuerzas pienso que lo más práctico es asumir que la laboralización de la plantilla es un hecho imparable.
(2) De otro lado nadie debe olvidar que tenemos DERECHOS. El funcionario es la otra parte de un contrato con la Administración que ha de ser cumplido y es por ello que no vale cualquier fórmula para esa transición a la que parece que estamos abocados.
Complementariamente creo que deberíamos ser informados, con puntualidad y transparencia, de lo que se está barajando con respecto a nuestro futuro.
(3) El personal afectado, aunque sólo sea por razones de edad, no tiene intereses homogéneos. Sólo a efectos de buscar soluciones al problema considerado se le podría clasificar en dos bloques: Aquellos que aún tienen por delante una vida laboral larga, y los otros, que ya sienten más o menos próximo el momento de su jubilación.
Los primeros, la gente más joven, entiendo que tienen todo el derecho a seguir en Correos en la nueva etapa. Si es que aquí no cabe la condición de funcionario, lo que procede es ofrecerles una laboralización voluntaria; obviamente en unas condiciones favorables a negociar colectivamente, y desde esos mínimos, no tendría porqué haber inconveniente en pactar mejoras a título individual.
También tienen todo el derecho a seguir siendo funcionarios, si es lo que desean. Si en Correos no puede ser, pues entonces habría que facilitarles el acceso a la Administración.
Algo se va haciendo en esta línea y hay que aplaudirlo. Bienvenidas sean la supresión de la Ex-11 y el acceso a la Promoción Interna de la AGE. Falta abrirnos las puertas de las Administraciones Autonómica y Local en unas condiciones de igualdad; al menos que no sean tan discriminatorias que sólo podamos aspirar a lo que nadie quiere.
A los más veteranos corresponde facilitarles el acceso digno a su jubilación. Es del todo previsible que estas alturas no vayan a optar por concursos ni promociones fuera de la Casa. Eso no va con ellos.
Una posibilidad podría consistir en crear para ellos puestos de menor exigencia en la nueva empresa. Serían de carácter laboral y previstos para, a corto plazo, poder ser utilizados en alguna modalidad de contrato de sustitución subvencionado. Todos felices.
Téngase muy presente que para este colectivo la laboralización, si es con las debidas garantías, no supone un grave inconveniente: Pase lo que pase ya tienen adquirido el derecho a jubilarse por Clases Pasivas cuando llegue su momento.
El tema de las prejubilaciones en la Administración está paralizado. Conseguir una excepción para Correos tal vez sería posible, pero seguramente muy costoso. Esa vía me parece muy escarpada y no sé si merecería la pena intentar recorrerla.
Lo que sí está vigente, y puede servir también, es la figura de la Excedencia Voluntaria Incentivada; sólo que su actual diseño le resta mucha eficacia para el cometido que se está considerando.
El problema es que, tal como ahora está, sólo es satisfactoria para un grupo reducido de personas; para que pueda llegar a más gente tiene que estar dotada de un presupuesto mucho mayor y también posibilitar que, con carácter voluntario, el interesado pueda seguir cotizando por el concepto de derechos pasivos durante el tiempo de excedente; aunque sea con su dinero. Es con el fin de hacerla atractiva, de no perjudicar en la cuantía de su futura pensión a quienes aún les faltan unos pocos años para llegar a los 35 de servicio.
Finalmente, tampoco sería mucho pedir un poco de imaginación para lograr un tratamiento fiscal más benigno del incentivo a percibir por la excedencia. Es posible, lo sorprendente es que no se haya hecho hasta ahora, con el grave perjuicio, creo que gratuito, a los compañeros que ya se han acogido a ella en años anteriores.
jueves, 27 de marzo de 2008
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7 comentarios:
No recuerdo si fue en un congreso o algo parecido, cuando a Regino se le escapo aquello que rezaba- Hay que vaciar correos de funcionarios-.Importa poco si era de su propia cosecha, chivado al oido o apropiacion indebida de ideas ajenas. El caso es que no volver a oir la frasecita de su parte da lugar a pensar que los tiros no eran solo de fogueo.
saludos.
Ciertamente, los tiros No eran de fogueo. Y van por ahí.
Te diría dos cosas:
Si eres un buen lector, lo que se deduce de tu presencia en este blog de muy buenos lectores, te invito a que recuerdes alguna manifestación pública de alguien con algún peso en el mundo político o sindical en la línea de defender una plantilla de funcionarios para Correos... No, no es que te falle la memoria.
Toda Europa lleva ya unos cuantos años avanzando en esa dirección, por caminos mas directos en unos casos y más tortuosos en otros, pero ese es el objetivo, ese es el final del viaje: Un operador eficiente y competitivo, si puede ser bien posicionado en el concierto global y si no tendrá que ser absorbido, pero siempre gestionado con el rigor de la empresa privada; que cargue con el SPU y no contribuya al déficit.
Ahí no cabe el funcionario, ¿crees que sí? Pues serías el único.
cierto napoleón y el que no lo crea que relea la ley esa que dice "funcionarios a extinguir".
Pero los pasos no tienen por que ser veloces ni lentos, e incluso por que no todos en la misma dirección.
¿como valoras los pasos del sindicalismo internacional contrario a la total liberalización?
y perdona mi atrevimiento una segunda pregunta enlazada con la anterior y ahora si referida al funcionario.
Digistes si mal no recuerdo en otro texto que nos interesa, o algo así, tener pérdidas para seguir vinculados al estado...no recuerdo la frase pero era que cuanto más pérdidas más dificil le era al estado desprenderse de Correos...
luego...
¿no pudiera darse el caso en un futurible estadio de crisis económica que se retomase la idea de dividir Correos y crear una empresa de funcionarios y otra de laborales para venderla a mercado ya que los "costes" sociales y económicos serian inferiores a la laboralización total?.
la directiva lo permite...
El sindicalismo internacional no es contrario a la liberalización del sector postal europeo; naturalmente con excepciones.
Te remito al artículo de Enero-07 publicado en este blog, titulado “Por el Servicio Postal Universal, sí”.
Allí se comenta un texto de UNI (en España son CCOO y UGT) que no deja lugar a dudas: Aceptando las directrices políticas dadas por quien corresponde (los políticos) dan por bueno el proceso de liberalización que ya lleva casi veinte años en ejecución y se dedican a hacer sindicalismo. En este caso consistiría en detectar los inconvenientes que tal proceso pudiese originar a sus representados, que es la población en general, y exigir las medidas correctoras que consideren necesarias.
Han observado que el peligro vendría de una deficiente o poco definida financiación del Servicio Postal Universal y se han volcado en conseguir que se mejore ese aspecto. Comprenderás que no es lo mismo que oponerse a la liberalización.
Permíteme dejar para más adelante la respuesta a tu segunda pregunta.
Hombre, que a Correos le interese mucho tener pérdidas… espero no haberlo dicho nunca. Sí se puede decir que una empresa pública en pérdidas elevadas difícilmente será privatizada.
En cuanto al escenario que planteas, posible sí que lo es, probable creo que no.
La globalización obliga a las empresas que pretendan ser y estar a ganar tamaño, no a perderlo. Consecuentemente con ello podemos ver a Correos tratando de hacerse mayor en los últimos tiempos (adquisiciones, alianzas…)
Yo no he creído nunca que se pretenda desmantelar esta empresa, todo me indica que se intenta hacer de ella algo similar (y tan rentable) a lo que se ha venido haciendo con otras empresas antaño en la órbita de lo público: hacerlas apetitosas, después venderlas y después cobrar impuestos sobre sus beneficios. ¿No es un negocio redondo?
felicidades por los 10.000
alai
Muchísimas gracias, Alai.
Es la única felicitación que he recibido, pero no es poco: me vale por mil.
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