martes, 11 de marzo de 2008

Correos y las Elecciones Generales

Concluido el proceso electoral, una de las valoraciones globales que cabría hacer es que la ciudadanía ha decidido dejar las cosas casi como estaban, en el sentido de que van a seguir en el poder los que estaban, con la misma necesidad de apoyos (o falta de ella) y harán oposición quienes la hacían, a una distancia relativa de los ganadores no significativamente diferente.
Otra nota llamativa es el avance de los dos partidos mayoritarios en detrimento de los minoritarios en su conjunto. Muchos han hablado del “avance del bipartidismo”. No está del todo claro si ha sido por méritos de los beneficiados o porque hay opciones políticas que realmente no encajan bien en la sociedad española del siglo XXI y se pone de manifiesto en las consultas electorales.

En lo referente a Correos hay un aspecto positivo derivado de que, como para cualquier empresa, la incertidumbre es casi peor que las malas noticias.
Tanto si continúa nuestro presidente como si no, se puede esperar que desde las instancias políticas que corresponda se dé ya luz verde a la redefinición del primer nivel directivo de esta Casa, tarea pendiente desde hace bastantes meses.
Toda Europa está pisando el acelerador, tratando de superar las etapas que faltan para concluir la liberalización del sector y el desarrollo del mercado interior de los servicios postales.
En esa línea, una de las estrategias de todo el Estado miembro que puede consiste en posicionar lo mejor posible a su operador prestador del Servicio Postal Universal para que pueda competir airosamente en ese mercado liberalizado, ya bastante cercano en el tiempo.
Está claro que el momento es crítico también para nosotros, se entiende mal que permanezcamos largo tiempo sin el concurso de los altos ejecutivos y debe resultar beneficioso el despejar tan importante incógnita... sobre todo si se acierta en la elección.

La parte preocupante del desenlace electoral se deduce de la actuación precedente de los responsables económicos de los ganadores. En estos tiempos quizá se pueda distinguir a unos de otros por sus hechos, no por su ideología, muy particularmente en el terreno económico.
Bien, pues fue el PSOE quien, tras intervenir mucho y mal, acabó permitiendo el desembarco de los italianos en Endesa. Es este mismo partido el que no ve con malos ojos la toma de posiciones en Iberdrola por parte de los franceses de EDF. De hecho, la Bolsa saludó la victoria del PSOE con significativas alzas del sector energético, descontando que se había abierto la veda de los movimientos corporativos.
Correos, hoy por hoy, está lejos de ser tan apetecible como las rentables empresas eléctricas, pero seguramente no por falta de potencial, así que no tiene nada de extraño que despierte el deseo de los grandes operadores extranjeros, algunos ya presentes en España.
Tener vocación europeísta seguramente está muy bien, pero mejor aún si empiezan por la casa de otro; en ese sentido entiendo que los hechos parecen indicar que estaríamos más arropados como proyecto empresarial por el equipo económico que ha resultado perdedor en las elecciones

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