martes, 25 de diciembre de 2007

Enseñanzas de una huelga...El camino hacia el sindicalismo que deseamos

Antes que todo, Napoleón (si me permites la familiaridad), felicitaciones por navidad y felicitaciones por tu claridad mental. Se aprecia.
Desde mi punto de vista como trabajadora sindicada y que no ha querido pasar por el aro de este, cómo llamarlo, golpe bajísimo, sucio e inmoral perpetrado por la Directiva de Correos y aceptado por nuestros Comités de Empresa (quien lo tenga en su provincia, porque las hay que ni lo tenemos constituido tras más de medio año desde la elecciones sindicales), que ha supuesto todo este jaleo de los fijos-discontinuos, siento IMPOTENCIA ante esta Directiva que sufrimos y no menos impotencia ante la acción sindical que nos ofrecen nuestros sindicatos.
Toda esta situación caótica que está viviendo Correos y que se ha visto agravada en los últimos meses, me hace pensar que muchos de nuestros representantes sindicales no están capacitados para estar donde están, porque no entienden algo tan básico como que están ahí por una única razón: el bienestar de los trabajadores (que no sólo se traduce, ni mucho menos, en ofrecer cursos de formación a sus afiliados)
Es lamentable que la lucha sindical se haya convertido en una lucha interna y no una lucha contra los abusos de poder del Patronato, que los sindicatos actúen como partidos políticos compitiendo entre ellos de una forma tan irresponsable e inmadura como nuestros actuales "politicuchos". Cada mirada vigilante y desconfiada que un sindicato lanza a otro, es una mirada que pierde hacia la situación real de los trabajadores... y son tantas las miradas que siento que los trabajadores estamos perdiendo en este sentido, que me asusta y me subleva.
La huelga no es un instrumento baladí y en eso puede convertirse con estos intentos frustrados mal organizados y con poco sentido para alcanzar el objetivo deseado, es decir una presión contundente que obligue a la negociación. Desde mi punto de vista es absolutamente necesaria una UNIDAD SINDICAL, sin la cual cada intento de utilizar este instrumento de presión va ir debilitando sus efectos ante posibles movilizaciones bien organizadas, porque los trabajadores vamos perdiendo confianza ante cada fracaso. Y aunque esta sea quizás una visión muy personal, creo que una huelga convocada por uno o dos sindicatos únicamente, está condenada al fracaso.
No creo que sea cierto que haya pasividad entre los trabajadores aunque sí mucho sentimiento de indefensión, muchísimo. Todos sabemos que la política completamente arbitraria de los directivos de Correos es juego sucio y nos gustaría poder hacer algo para cambiar la actual Correos para convertirla en una empesa mucho más sana, pero qué sentido tiene convocar o seguir una huelga que no esté apoyada por los sindicatos representantes de todos y cada uno de los trabajadores sindicados. Los cambios son para todos, así es que la movilización ha de ser general.
Desde aquí insto a nuestros sindicalistas, como personas que un día decidieron asumir esta responsabilidad ante los trabajadores, a leer un poco acerca de la historia del sindicalismo y a profundizar y reflexionar sobre el aspecto eminentemente social de su tarea. Si tras este repaso histórico-político reflexivo siguen sin comprender nada, rogaría que se retiraran de esta importantísima tarea que se han ofrecido a hacer, porque nunca van a estar a la altura. Igualmente insto a todos y cada uno de los sindicatos a tratar de buscar convergencias y no divergencias entre ellos porque no hay verdad más cierta que esa de "divide y vencerás", y ante tanta desconfianza interna los únicos que ganan son los que en estos casos nunca deberían ganar: la Directiva, las personas que tienen el poder y NO QUIEREN hacer un buen uso de él, siendo que un buen uso de él implicaría un beneficio común, siendo bueno para ellos, para los trabajadores, para los clientes y para los usuarios. Es decir, que un buen uso favorecería sin ninguna duda una situación de equilibrio, si no perfecta casi perfecta, entre todas las partes implicadas. Logro que no es, ni mucho menos, imposible. El juego de "sólo gana uno" acaba convirtiéndose a la larga en un juego de "suma cero". Corremos el peligro de acabar convirtiendo Correos en una empresa inútil y de muy poca, poquísima calidad, cosa que nunca ha sido, gracias especialmente al esfuerzo de sus trabajadores. ¿Quizás sería pertinente cuestionarnos seriamente que pretenden los directivos de Correos con su actual política de gestión?
Desde aquí sólo me resta desearos a todos felices y reflexivas fiestas. Y para próximas movilizaciones, deseos de más sentimiento, más convencimiento, más valentía, más política social y, sobre todo, más unidad.... y un poquito (o un "muchito") más de atención a los trabajadores en el día a día.
Mi deseo a los Reyes Magos: pido sindicatos politizados ya.
P.D. Nota a mis Reyes Magos (por si acaso): mi deseo de politización no tiene nada que ver con los partidos políticos, eh! dios nos libre de este mal.

Texto de M. B., a quien agradezco sinceramente su colaboración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para M.B.:

Verdaderamente, lo que escribes, tan bonito, es una carta a los Reyes.

La realidad no es, de momento, nada parecido, dudo que lo sea a corto plazo.

La clave es muy sencilla: "sigue la pista del dinero".

Las organizaciones instrumentadas antaño para organizar a los trabajadores, han terminado por organizarse ellas mismas, y son retríbuidas por el Estado, más que generosamente, por "controlar" la situación. Es decir, que va en el sueldo de los SG hacer lo que sea menester para que "la realidad" postal coincida con lo pactado y pagado.

Malos tiempos para los trabajadores asalariados. Difícil ser tuerto entre los ciegos.

Lo principal "a cuestionar" es si "nosotr@s" somos l@s que nos creemos que somos; ya sabemos quien son "ellos"


C.S.