sábado, 29 de enero de 2011

No sé si tendrán nuestros males remedio

 Se acaba la pax postal. Aparece un mundo nuevo y seguramente no será nuestro.


Las cosas no se están haciendo bien y apuntan a peor si se confirma que el macroconcurso va a ser la fórmula preferentemente utilizada para desfuncionarizar la plantilla de Correos por la vía rápida.
  Se están haciendo mal por parte de los funcionarios: Es la empresa la que necesita o quiere el ajuste y a la empresa correspondería pagarlo, aunque sea la administración. Que busquen fórmulas para ello.
 Quien se vaya perdiendo salario estará pagando con su dinero la reestructuración que se le obliga a soportar.  Porque le han metido el miedo en el cuerpo, porque le han vendido determinadas expectativas o por lo que sea, pero resulta que es él quien paga la maniobra. A Correos, además de no costarle un euro, la situación le ayuda a cuadrar sus cuentas en el corto plazo.
  Para sí quisieran este escenario la mayoría de las empresas de este país y muy torpes tendrían que ser nuestros gestores para no poder mantener la nave a flote en semajentes circunstancias.
 Lo habitual y lógico en estos procesos es indemnizar al trabajador, que deberá marcharse -lo quiera o no- dejando atrás lo mejor de su vida laboral, y generando con su sacrificio unos beneficios reales a la empresa (se entiende que se reestructura para ganar, para mejorar). Por su parte el personal afectado suele tomarse la molestia de reclamar lo que le corresponde. Aquí no hemos sido capaces de ello. Lamentable.

  Se está haciendo mal por parte de los responsables de la transición: Propiciar el éxodo masivo e indiscriminado de los funcionarios no casa bien con una correcta gestión de los recursos humanos. Está claro que talento y experiencia en una compañía son músculo y no grasa. No vaya a suceder que por hacer una liposucción a Correos se le termine haciendo una amputación. Mal van los planificadores con esos planteamientos si lo que se pretende es liderar un sector realmente liberalizado y competitivo. Con los mejores ya resultaría difícil; si se van... imposible.