lunes, 30 de marzo de 2009

Una de terror.

En el último acuerdo entre Correos y Deutsche Bank, ambas sociedades crearon una join-venture para explotar el negocio bancario en España.
Indudablemente, tiene su interés el estudio de las aportaciones de los dos socios y la fórmula del reparto de los beneficios, pero en esta ocasión quiero centrarme en un punto concreto, cuya importancia ha crecido enormemente en los últimos tiempos: La distribución del riesgo crediticio entre la feliz pareja.
Yo no he tenido acceso a los términos del acuerdo, sí que he procurado informarme cuando se ha presentado la ocasión y, si no estoy equivocado, Correos y D. Bank comparten riesgos, no sé en qué proporción exactamente.
Significa esto que un crédito fallido repercutirá directamente, TAMBIÉN, en las cuentas de Correos.

¡¡¡Horror!!!

Con lo que ha crecido la morosidad, y todo apunta a que irá en aumento, algo nos tiene que tocar. Sería un auténtico milagro que nos librásemos.
Si este mal asunto hace tambalearse a entidades financieramente tan musculosas como cajas y bancos, si nos pilla el toro, Correos no creo que aguante ni medio asalto.

Espero estar mal informado, claro que sí.


http://www.youtube.com/watch?v=nQ798THmR5Y

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lunes, 16 de marzo de 2009

Si yo fuese Fijo-discontinuo-II

Ha pasado un tiempo desde la definición del nuevo equipo gestor de los RR HH de Correos, ya hemos tenido ocasión de observar sus primeras actuaciones y, superada la inicial tregua de cortesía, no estará de más que conozcan de primera mano la impresión causada en el colectivo.

Sus palabras:
En el Abrecartas nº 44, de marzo de 2009, nos dice el Director de recursos humanos, D. Luís Pérez Capitán, que:
“Esta Dirección, clave en una empresa intensiva en mano de obra, debe asumir un modelo FLEXIBLE y DINÁMICO que sirva a los intereses de LA EMPRESA y de los trabajadores [concesión obligada a la galería de quien realmente piensa que los trabajadores NO son la empresa]”.
En la mente de quien así se expresa no parece que haya un lugar muy destacado para el sometimiento al Derecho Administrativo en materia de relaciones laborales ni para el respeto escrupuloso a los derechos consolidados de los casi 30.000 funcionarios que trabajamos aquí desde mucho antes de que él llegase.
Por suerte o por desgracia, ese modelo flexible y dinámico que se nos quiere vender tiene toda la pinta de ser incompatible con el status de funcionario que nos corresponde por Derecho.
Así las cosas, podría salvar los muebles el hecho de centrar los mejores afanes en buscar una salida digna para los que deseen irse y unas garantías sólidas para quienes prefieran quedarse (me estoy refiriendo a mover hilos exitosamente en los círculos del poder político).
Si no van en esa dirección, si lo que se pretende es reinventar la pólvora y el puesto tipo, dudo que podamos celebrar juntos muchos éxitos en el futuro.


Sus hechos:
Me ha llamado la atención la reciente convocatoria a examen para acceder a un contrato de Fijo-discontinuo en varias provincias. Más concretamente la advertencia de que ésa será la única forma de acceso en el futuro, sin manifestar ninguna intención de tomar medidas solventes para evitar que la gente permanezca demasiado tiempo en ese pozo.
Es fácil entender que esa situación laboral, salvo en casos muy concretos, es calamitosa para la persona que la sufre por necesidad.
Si no se les ayuda a salir de ahí, estaremos hablando de gente que tendrá las obligaciones del trabajador durante una buena parte de su vida laboral -quizá los mejores años-, pero la incertidumbre económica le privará del derecho a planificar una vida “normal” (una familia, un hogar, etc. ¿Con qué ingresos recurrentes?)
Cuesta dar por bueno ese modelo de empresa que asienta sobre un ejército de desheredados la consecución de pingües beneficios que no está nada claro a quiénes van a ir a parar ni el porqué. Particularmente si se entiende el verbo repartir como vía para conseguir un equilibrio fructífero.

Es admisible que se necesite personal para refuerzos temporales, por las razones argumentadas en el anterior trabajo de esta serie. La solución para los adoradores del dios Mercado no consiste en llevar a empujones a todo el mundo hacia ese tipo de contrato (mucho menos con la colaboración sindical), sino en incentivarlo con realidades hasta hacerlo apetecible a los suficientes. Pagando más; así como suena.
Además de eso creo que es necesaria una válvula de escape para la situación. Tiene que ser cierto que se puede salir de ahí en un plazo razonable. Quizás podría conseguirse otorgándoles una cierta puntuación por tiempo de permanencia en esa modalidad de contratación, que les proporcionase alguna ventaja en los concursos de traslados, a la hora de optar a determinados puestos. No necesariamente a todos.
Hasta el momento no tengo noticia de ninguna medida paliativa, las apuntadas u otras. Me gustaría pensar que llegarán en breve porque nuestros directivos lo consideren razonable y por la sensibilidad de nuestros sindicatos más representativos.

viernes, 13 de marzo de 2009

Si yo fuese Fijo-discontinuo-I

Voy a recuperar este artículo, publicado en Octubre de 2007, que servirá perfectamente de preámbulo a un segundo trabajo sobre el tema.

"Empezaré por una afirmación que me puede granjear algún que otro enemigo, de no ser capaz de explicarla y de matizarla: Correos, S A necesita personal fijo-discontinuo para ser eficiente.
Se me ocurren dos buenas razones para ello, y eso no quiere decir que no haya otras además.
La primera es que la demanda del servicio que vendemos no es la misma en todas las épocas del año (tradicionalmente aumenta bastante en Navidad). Se comprende que hará falta personal para atender adecuadamente a esos picos de demanda.
La otra es que fromamos una gran plantilla que concentra sus vacaciones en los meses de verano, lo que hace muy razonable la contratación de personal de refuerzo durante esa época.
Hasta aquí se justificaría el tener en nómina una cantidad apreciable de trabajadores discontinuos; con lo de fijos se conseguiría que estén formados y motivados; ambas cosas propician el que lleguen a ser más productivos.
Si Correos ofreciese este tipo de relación laboral a la gente que realmente la desea (a título de ejemplo serviría el estudiante que sólo quiere trabajar algunos meses al año) estaríamos ante un equilibrio muy estable, por satisfactorio para casi todos. Pero no se ha hecho así -seguramente porque no se ha podido- y asistimos desconcertados al actual proceso de creación de una bolsa de trabajadores fijo-discontinuos, proceso que presenta sus peculiaridades.
Cuando la Dirección observó que la respuesta a sus pretensiones era muy débil, y que no se cubrirían las necesidades previstas, se empezaron a forzar las cosas para empujar al personal hacia esa modalidad de contratación.
¿Era la mejor solución?
Puede que no; desde un punto de vista teórico, todo lo que sea alejarse de la posición del equilibrio natural del mercado (en este caso laboral) es ineficiente. En ese sentido quizás habría sido más conveniente ofrecer las plazas sobrantes a trabajadores aún no vinculados a la Casa, pero demandantes de esta clase de contrato.
Lo peor ha estado en la operativa real, en algunos hechos concretos:
Se empezó por apoyarse en los sindicatos del régimen para la tarea de “pastorear” a la gente hacia el fijo-discontinuo. Los sindicatos no deberían estar para eso.
Se hurtó a la gente la información necesaria para tomar su decisión. Seguramente alguien consideró contraproducente que estuviesen informados.
Se han sacado de la manga un concurso de traslados que ha hecho felices a unos cuantos afortunados, que se han encontrado con unas plazas fijas a tiempo total, y ha frustrado las legítimas aspiraciones de otros compañeros que acumulaban más méritos objetivos para acceder a ellas. De paso nos dejan a los 65.000 la incómoda sensación de que aquí vale todo... de que el fin justifica los medios.
Me parece claro que este concurso es un instrumento publicitario aplicado a la finalidad de crear entre los trabajadores la conciencia de que "tiene premio" el aceptar lo que a la Dirección le venga bien, aunque se esté saltando a la torera dos docenas de acuerdos y de solemnes promesas.
No es racional que se bordee lo ético, y quizá hasta lo legal, para conseguir una cantidad necesaria de fijo-discontinuos y acto seguido se les pierda en esa modalidad por reconvertirlos en fijo-continuos. Debemos pensar que este proceder no llegará demasiado lejos. Se puede hacer la gracia con unos pocos por motivos publicitarios, pero masivamente NO puede ser.
Tienes todo el derecho a desconfiar de aquellos que en los foros de internet se esfuerzan en contabilizar cuántos han conseguido plaza a tiempo completo en el célebre concurso y en resaltar el suceso todo lo que pueden. Seguramente están haciendo su trabajo... destinado a “orientarte” convenientemente.

Para finalizar, unas palabras de ánimo a quienes han resultado esta vez damnificados: los integrantes de las listas de expectativas. Hay un hecho que se impone, y es que, por unas u otras razones, muchos funcionarios dejarán de estar aquí en un periodo de tiempo no demasiado largo. Habrá que suplirlos con personal laboral; quizás no a todos, pero sí a muchos. Así pues, la mayoría de los que deseáis entrar no deberíais tardar mucho en conseguirlo. De una manera o de otra, por una vía o por otra.
Eso es lo previsible."