En plena consolidación de la Sociedad Anónima Correos es perfectamente lógico que el Gobierno entienda que puede suprimir ya la Ex–11 y posibilitar así la evacuación, barata y sin traumas, de una buena cantidad de funcionarios que no encajan en el proyecto; y se ha hecho.
Ni por presiones de los sindicatos (fantasmas) ni por la solicitud de la empresa ni gaitas: Convenía hacerlo y las circunstancias ya lo permitían.
Es un indicio bastante claro de que el proceso entra en una nueva fase, ya muy cerca del final. Y parece que les ha entrado la prisa, así que seguramente llegaremos pronto a la meta porque eficaces, cuando quieren, lo son.
La renovación a fondo de la cúpula directiva de la Casa, que se está llevando a cabo en estos momentos, apunta igualmente en esa dirección: Los preliminares, los preparativos, se han terminado y hace falta un equipo nuevo para un objetivo diferente.
Tampoco tendría nada de extraño que se llegase a un acuerdo (o sea, que se impusiera la voluntad política) para que pudiésemos participar en concursos de las administraciones Local y Autonómica por la sencilla razón de que hay muchos funcionarios de Correos en la periferia y hay que darles una salida que les resulte aceptable.
En ese mismo escenario corresponde rascarse el bolsillo y dotar generosamente al plan de excedencias voluntarias incentivadas (la regulación de las prejubilaciones para toda la Administración parece que no llegará a tiempo) para facilitar la salida a los de una cierta edad, que NO van a concursar.
Habrá que mejorar lo que hay en dos aspectos: En la fiscalidad (apáñenselas para que no tribute todo el incentivo en un mismo ejercicio haciendo subir un par de peldaños el tipo marginal del sufrido contribuyente), y en permitir que se siga cotizando voluntariamente por derechos pasivos para no perjudicar en su futura pensión a quien le falten algunos años para llegar a los 35 de servicio.
Todo esto con la finalidad de hacerlas atractivas a más gente y que este mecanismo realmente contribuya al objetivo de vaciar Correos de funcionarios.
Esto es lógico y es bastante probable que se haga; sin embargo, no tiene demasiado sentido el convocar oposiciones para crear funcionarios, mucho menos de los grupos superiores, a quienes se debería adjudicar puestos de responsabilidad que NO se desea otorgar de esa manera, sino atendiendo a cuestiones como la idoneidad (a criterio del jefe), la confianza, la reversibilidad, etc.
¿Para qué convocar?
Se puede hacer por intereses político-sindicales puntuales, pero va contra corriente y por ello es muy probable que este anuncio termine en papel mojado. Lamentablemente.
Es muy revelador que hayan publicitado las convocatorias y que las hayan enviado al MAP justamente cuando se nos ha ido Doña Marta, que debió de quedar hasta el moño de las anteriores. El hecho de que incumpliera todos los plazos legales habidos y por haber indica que debió costar sangre, sudor y lágrimas el sacarlas adelante. Y es que hay cuestiones legales que no están claras, ni mucho menos, hay aspectos que colisionan con la mitad del Derecho Administrativo. De todas formas no seré yo quien se escandalice por esto.
Curioso también que todavía no haya llegado el sustituto al primer puesto de RRHH, que será quien apechugue con el asunto. Me parece que han aprovechado para meterle un buen gol, antes de que empiece su partido.
sábado, 29 de septiembre de 2007
sábado, 15 de septiembre de 2007
El relevo en Recursos Humanos
No sé hasta qué punto se puede entender la salida de la Sra. Bretos como un paso adelante en su carrera profesional. Tendría que suceder que, en materia de RR HH, Correos fuese mucho menos empresa que RTVE y me parece que no es así; más bien al contrario.
También podría deberse a una mejora sustancial, tentadora, en sus retribuciones, pero ese dato no está a mi alcance.
Una tercera posibilidad es que desde más altas instancias se pretenda un cambio en la política de personal de esta nuestra Casa −quizá porque se ha terminado una etapa−, una nueva orientación, un nuevo estilo, y el perfil de Doña Marta no se ajuste del todo al requerido para la ocasión, razón por la cual se le ha buscado acomodo en otro sitio, igualmente en la órbita de lo público.
Esta última hipótesis gana fuerza por el hecho de que también se va la Sra. Nogueroles, cuestión aún sin confirmar oficialmente en estos momentos.
Sería una pena que todo ello se deba, simplemente, a un reequilibrio de fuerzas entre grupos de presión internos, que pudiese haber dado lugar a un reparto de puestos de nivel acorde con la nueva situación.
Pienso que a los funcionarios de Correos nos defraudaría porque necesitamos algo de bastante más calado que esas batallitas intestinas para atisbar el final de este largo y angustiante periodo de transición hacia la sociedad anónima.
Aunque a título individual alguno haya salido beneficiado, por ejemplo accediendo a puestos fuera de su alcance en el sistema provisión de la Función Pública, el grueso del colectivo creo percibir que se siente cada vez más incómodo y receloso ante la ausencia de soluciones, viendo que no llegan de ningún sitio propuestas para una salida digna de esta situación que, cada vez más, entendemos como provisional.
Si esto es así, si la marcha de Doña Marta es la señal que indica el final de una etapa y el comienzo de otra, vamos a intentar que la nueva sea más favorable para quienes trabajamos aquí.
Planes para con el personal funcionario se supone que hay. Proyectos. ¿Acaso no les pagan por pensar? Pues que fluya la información desde arriba y que nos empapemos todos. Puede que lo que tengan que decirnos, sin mentir, sea malo; pero es que este prolongado ocultismo nos está conduciendo a pensar que debe ser rematadamente malo.
Me parece conveniente para todos dejar atrás el déficit de comunicación de estos últimos tiempos. Puede haber sido fluida con algunas cúpulas sindicales; tal vez, pero eso no basta por ser como es el panorama sindical de esta Casa. Entiendo que el momento es crucial, que nuestro futuro laboral está sobre el tapete y quiero saber, quiero participar en la toma de decisiones.
En cualquier caso, desde este humilde blog, le deseo a la Sra. Bretos el mayor de los éxitos en su nueva tarea.
También podría deberse a una mejora sustancial, tentadora, en sus retribuciones, pero ese dato no está a mi alcance.
Una tercera posibilidad es que desde más altas instancias se pretenda un cambio en la política de personal de esta nuestra Casa −quizá porque se ha terminado una etapa−, una nueva orientación, un nuevo estilo, y el perfil de Doña Marta no se ajuste del todo al requerido para la ocasión, razón por la cual se le ha buscado acomodo en otro sitio, igualmente en la órbita de lo público.
Esta última hipótesis gana fuerza por el hecho de que también se va la Sra. Nogueroles, cuestión aún sin confirmar oficialmente en estos momentos.
Sería una pena que todo ello se deba, simplemente, a un reequilibrio de fuerzas entre grupos de presión internos, que pudiese haber dado lugar a un reparto de puestos de nivel acorde con la nueva situación.
Pienso que a los funcionarios de Correos nos defraudaría porque necesitamos algo de bastante más calado que esas batallitas intestinas para atisbar el final de este largo y angustiante periodo de transición hacia la sociedad anónima.
Aunque a título individual alguno haya salido beneficiado, por ejemplo accediendo a puestos fuera de su alcance en el sistema provisión de la Función Pública, el grueso del colectivo creo percibir que se siente cada vez más incómodo y receloso ante la ausencia de soluciones, viendo que no llegan de ningún sitio propuestas para una salida digna de esta situación que, cada vez más, entendemos como provisional.
Si esto es así, si la marcha de Doña Marta es la señal que indica el final de una etapa y el comienzo de otra, vamos a intentar que la nueva sea más favorable para quienes trabajamos aquí.
Planes para con el personal funcionario se supone que hay. Proyectos. ¿Acaso no les pagan por pensar? Pues que fluya la información desde arriba y que nos empapemos todos. Puede que lo que tengan que decirnos, sin mentir, sea malo; pero es que este prolongado ocultismo nos está conduciendo a pensar que debe ser rematadamente malo.
Me parece conveniente para todos dejar atrás el déficit de comunicación de estos últimos tiempos. Puede haber sido fluida con algunas cúpulas sindicales; tal vez, pero eso no basta por ser como es el panorama sindical de esta Casa. Entiendo que el momento es crucial, que nuestro futuro laboral está sobre el tapete y quiero saber, quiero participar en la toma de decisiones.
En cualquier caso, desde este humilde blog, le deseo a la Sra. Bretos el mayor de los éxitos en su nueva tarea.
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