Es impensable que el terremoto económico-financiero, que ha removido hasta los cimientos del sistema en los últimos tiempos, pase de puntillas por el sector postal. Aquí también se ha vivido una etapa de furor comprador. La lista de las adquisiciones de empresas del ramo en los últimos años nada tiene que envidiar a aquella célebre de los reyes godos.
Hay una serie de grandes operadores que han optado por las compras para expandirse, para ganar todavía más tamaño. Ejemplos paradigmáticos son TNT y Deustche Post, emulados más recientemente por los operadores de referencia suizo, austriaco y los nórdicos.
No es el caso de Correos, que ha tomado el camino de la colaboración entre empresas para tratar de aumentar su presencia en el mundo; sea porque ha querido hacerse precisamente de esa manera o bien porque de otra no se ha podido.
Habría que ver las cuentas de aquellos insaciables compradores que se iban a comer el mundo postal con patatas fritas; habría que ver cómo están ahora sus balances. Se comprende que para una buena parte del pago debieron recurrir a financiación ajena y habría que ver las garantías que ofrecieron en su momento.
Quien tenga detrás la tutela del Estado no debería pasar por grandes agobios, pero los que ya sean sociedades privadas pueden verse en dificultades a medida que vayan venciendo aquellos créditos y la rentabilidad de lo que se pagó a precio de oro no responda del todo a las expectativas generadas en momentos mucho más optimistas que el presente.
En todo caso, el mercadillo mundial de empresas postales no puede ser ajeno a lo que está pasando, la demanda debería de haberse resentido y eso tiene que notarse en los precios. Siendo así, podría ser ésta una buena ocasión para que haga sus deberes una empresa envidiablemente saneada como nos dicen que es Correos; me refiero a los de la asignatura pendiente de Multinacionalizarse (en el caso de que tal palabra existiera).
“Es el momento de los fuertes”
Decía el Sr. Botín, que de tonto no debe tener un pelo.
Yo no soy banquero ni de derechas; no es que me haga mucha ilusión darle la razón, pero en este caso puede que tenga bastante; su banco ha actuado en consecuencia comprando lo que le ha venido bien, sin demasiado ruido, a precios muy tentadores.
¿Por qué no Correos?
Ciertamente, aún somos una empresa de capital público y eso levanta ampollas a la hora de comprar en el extranjero, pero no es un obstáculo insalvable en bastantes sitios interesantes.
¿Hay o no hay músculo financiero?