miércoles, 27 de enero de 2010

Las reivindicaciones de nuestros sindicatos

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Resulta sorprendente que aún sigan encontrando creyentes.

Tanto los planteamientos de CCOO en la 10ª reunión de la Plataforma de Unidad Sindical, anteponiendo a todo la creación de un camaleónico frente político/financiero, como sus posteriores comunicados llamándonos a secundar las movilizaciones que anuncian para próximas fechas, han provocado más odios que amores.
Las reivindicaciones que hay detrás se concretan en ralentizar –si no parar- la liberalización del sector postal que ellos mismos han avalado durante más de una década, en la petición de una generosa financiación para el Servicio Postal Universal en España, en pedir una abundante dotación para inversiones (en algún lado se habla de 1.200 millones, nada menos) y solicitar una reserva a Correos de la condición de prestador del SPU durante quince años. Casi nada.
Suena bastante bueno para nuestra Casa el mensaje, sólo que se han equivocado de auditorio y lo han lanzado en lugares y circunstancias inadecuados, dirigiéndolo a una audiencia a la que no le dice mucho. Hace tiempo que han perdido el norte. Eso mismo, dicho en el Consejo de Administración, seguro que encontraba una fervorosa acogida y hasta puede que impulsara a tan distinguidos señores a agarrar la pancarta y salir a la calle gritando las consignas de Comisiones. Consejeros pancarteros entonces.

Mi extrañeza no es tanto por que aún les escuche alguna gente, como por que hallen cierto eco en otras organizaciones sindicales merecedoras de ese nombre; es que estamos acostumbrados a verles procurando utilizar a los trabajadores en sus batallitas por la hegemonía y la financiación de su organización; como no puede ser de otra forma, cada vez deberían engañar a menos.
Tampoco sorprende gran cosa su desacertado análisis de las cifras de Correos y de la coyuntura postal en general. Está claro que no son lo que fueron y hace tiempo que no dan una en la diana.

Es beneficioso para la empresa lo que piden, cierto, y no me quejo de ello, sino de lo que NO piden. Lo que no perdono es que se hayan olvidado de nuestros intereses como trabajadores. Como si pensaran que ya vivimos en Jauja y no hace falta nada.

Pienso que en estos momentos ningún funcionario de Correos debería asumir una tabla reivindicativa, venga de donde sea, que no empezase por:
--Exigir al Gobierno el compromiso de conseguir de las diferentes administraciones una oferta de 3.000 plazas en la Autonómica y la Local para los carteros atrapados en el medio rural y en lugares donde no salen ni saldrán vacantes de la Central. Para que tenga la posibilidad de irse quien quiera irse.

--Exigir del Presidente la promesa de convocar inmediatamente 1.500 plazas de Promoción Interna. Para que tenga posibilidades reales de promocionar quien desee hacerlo.

--Exigir del Gobierno la puesta en marcha de algún mecanismo especial para Correos que posibilite la desvinculación de la actividad laboral a funcionarios que por su edad piensen ya en la jubilación.

--Exigir a TODOS los sindicatos implicados la inmediata constitución de juntas de personal y comités de empresa y la dotación de medios suficientes y capacidad para que puedan defendernos de las prácticas abusivas, cada vez más extendidas en nuestra empresa.

--Exigir el final de la indecente política de RR HH basada en aumentar la presión para incentivar la salida “voluntaria” de Correos en el colectivo de personal funcionario; política que ocasionó el efecto secundario de requerir la dotación de más de veinte millones de euros en 2008 para provisionar litigios contra el propio personal. Menos presiones y más lealtad, más ofertas.

Después de estas reivindicaciones pueden tener cabida las que propone Comisiones, sobre todo para justificar las peticiones de aumento de salario; pero después, no antes. Mucho menos en exclusiva olvidándose de todo lo demás.

martes, 19 de enero de 2010

Postalmente cierto

Las cosas están cambiando deprisa en el sector postal europeo y Correos no se queda al margen. A los trabajadores de Correos tampoco nos va a pasar el toro de refilón y haríamos bien en sentirnos afectados porque esto SÍ va con nosotros.

En un artículo anterior sobre La Poste francesa os comentaba cómo el Gobierno del país vecino había movido ficha haciendo aprobar la conversión de la entidad pública postal en sociedad anónima. Nada menos que en Francia.
Lo que yo creí ver detrás de aquel hecho fue un intento de avanzar en la carrera por una posición de dominio en el sector y una señal bastante clara de que apostaban por que la crisis mundial no retrasaría demasiado el proceso liberalizador concretado en la 3ª Directiva.
Los demás operadores relevantes deberían tomar buena nota del suceso y actuar.

Eso ha hecho el Gobierno español: Actuar.
Es como si nuestros presupuestos de 2010 -quizá un poco más conmovedores de lo que correspondería- hubiesen dado paso a una subida de tarifas superior al 6%, unos cinco puntos por encima del IPC previsto.
El hecho es excepcional (normalmente se han utilizado los precios postales para ayudar a controlar la inflación) y tiene un significado claro: es un intento bastante bueno de salvar las cuentas de Correos.
Por concretar un poco en cifras, decir que sobre unos ingresos de 2.000 millones, en un mercado de baja elasticidad precio/demanda, un aumento del 6,25% en el precio podría originar un aumento de ingresos cercano a los cien millones de euros sin incidencia apreciable en los costes; es decir, cien millones de beneficios de un plumazo.
No quedan ahí las cosas, se nos dice que esto sólo es un primer paso en la adecuación de las tarifas a los costes reales, lo que se podría traducir perfectamente por: “Habrá todas las subidas que sean necesarias para poner a Correos donde queremos que esté. Paga el usuario”

Nos dicen los compañeros de Comisiones que el Gobierno se ha limitado a parchear la situación con esta subida de tarifas. Tendrían razón si para el año próximo se desanda lo andado, en una coyuntura similar a ésta; pero es que no hay indicios de ello, todo lo contrario: se pueden barruntar nuevas subidas, como se comentaba en el párrafo anterior.
Lo que realmente les escuece, seguramente, es que no se les ha tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones, que su vieja propuesta de pacto por el sector postal no encuentra ningún eco y que ven cómo pierden protagonismo… e ingresos por ese motivo.
Anuncian movilizaciones inminentes y no sé de dónde pensarán sacar la capacidad de convocatoria que tienen más que perdida a estas alturas.
Será digno de verse.

miércoles, 13 de enero de 2010

¿Quién se permite la licencia de corregir al Presidente?

Yo espero que haya sido él mismo quien ha mecanografiado su carta manuscrita que se publica en la página dos de la revista Abrecartas Nª 47, correspondiente a Noviembre/Diciembre de 2009.
Siendo así, y dando por supuesta la buena fe de la gente, lo mínimo que se le puede achacar al responsable de haber publicado ambas versiones juntas, una al lado de la otra, es falta de la profesionalidad necesaria para haber leído ambos documentos antes de ser publicados y haber avisado al autor de las diferencias habidas entre ellos, con tiempo suficiente para que pudiese rectificar.

Esto es una parte de la versión manuscrita:
Tengo claro que sois vosotros, los empleados de CORREOS, el gran valor, la fuerza de esta empresa. Necesitamos del esfuerzo y el trabajo en equipo de todos y cada uno para que el día a día sea fructífero y lograr así los objetivos de esta gran compañía: prestar un servicio postal de la máxima calidad y eficiencia, a la altura de las demandas de los ciudadanos del siglo XXI.

Esto le corresponde en la versión mecanografiada:
Tengo muy claro que sin vosotros, los empleados de CORREOS, que sois el gran valor y la fuerza, no sería posible; para ello necesitamos del esfuerzo y el trabajo en equipo de todos y cada uno para que día a día sea fructífero y lograr así los objetivos de nuestra compañía: prestar un servicio postal con la máxima calidad y eficiencia, a la altura de las demandas de los ciudadanos del siglo XXI.

Si la versión mecanografiada no es del propio autor debería guardar una fidelidad del 100% a la manuscrita, máxime considerando que se van a publicar juntas y que se trata del Presidente de la institución; no es de recibo corregirlo públicamente, mucho menos en una publicación oficial y destinada a todos los empleados de Correos.
Es difícil asimilar que la autoría pueda ser de otra persona distinta porque tendría que haberse tomado unas libertades inconcebibles (o unas cuantas copas de más)… todo ello para terminar empeorando la legibilidad del escrito inicial.
De todas formas, los recursos limitados de la empresa y los árboles de la naturaleza merecen ser puestos al servicio de causas mejores.
Vaya nivel.